Hallados dos niños solos en la calle de madrugada


Fue un encuentro inesperado. Una mujer, su hija y el novio de esta regresaban a la capital, en coche, por la carretera del Puente Jontoya. Habían estado de celebración familiar. Eran cerca de las tres de la mañana. Se acercaban ya al casco urbano. Atravesaron casas, naves industriales y, por fin, el tramo de vía que pasa sobre la “carretera del colesterol” y que los iba a llevar a la Salobreja y al centro de la ciudad. “Cuando entramos en el puente mi hija, que iba conduciendo, me dijo: ‘Mamá, he visto a dos niños pequeños, agarrados de la mano, andando por la acera’. Yo le dije que parara”, explica la progenitora. Puestas las luces de emergencia, el vehículo se detuvo junto al colegio Alfredo Cazabán, unos metros más arriba del lugar de la extraña visión. “Salí del coche y miré hacia allá, pero no vi nada. Solo otro coche parado”, cuenta la mujer. Resultó ser el de otros miembros de su familia que, como su hija, habían descubierto a los pequeños. Al acercarse, al fin los vio: una niña, la mayor, y un niño. Sentados en la acera, en plena madrugada.
“Le pregunté a la pequeña cómo se llamaba, y me lo dijo. Luego, que qué edad tenía, y me hizo un gesto con la mano: cinco años”, relata la jiennense, muy impresionada por el encuentro que, por fortuna, tuvo final feliz. La Policía no tardó en llegar, avisada por esta familia.
Los pequeños tenían frío, recuerda la mujer. “Mi hija tenía abrazados a los dos, y un agente le puso su chaqueta a la niña”, explica la jiennense. De pronto, la menor señaló un vehículo que pasaba. “Es el de mi padre”, fueron, al parecer, las palabras de la pequeña. Los policías encomendaron los niños a esta familia mientras se acercaban en su vehículo a comprobar que, efectivamente, el coche que acababa de pasar por su lado era el del progenitor de los dos menores. “Al rato llegó un hombre que abrazó a los niños, y estos empezaron a llorar”, afirma la jiennense, conmocionada. “Me alegro de que fuéramos sus ángeles de la guarda”, añade.
La Policía Nacional confirmó a este periódico que recibió la llamada de una familia para alertar, “a las tres menos diez de la madrugada”, de que había dos niños solos en la calle. Tenían cinco y dos años. El padre —el conductor del vehículo reconocido por la pequeña— declaró que se tuvo que ausentar un momento de casa, y que la madre estaba en el trabajo. Los menores, según su versión, se despertaron y, asustados al verse solos, salieron de casa, ubicada por esa zona. Todo quedó en un susto mayúsculo.

    01 jun 2014 / 22:00 H.