Hágalo usted mismo. Ciudadanos 3.0
b Bricopolítica. Ahora que la política es virtual y reina la imagen retocada y el mensaje “twittero” cortito y de fácil consumo. Ahora que los argumentos políticos se enlatan, porque una frase sin sustancia vale para cualquier cosa y día de la semana. Ahora que nuestros políticos viajan en “skodas” para fotos e interrumpen sus vacaciones en una alocada carrera para ver quién llega antes al informativo.
Ahora que los Ayuntamientos están con el piloto automático puesto, es el momento, siempre lo fue, de los ciudadanos y, quizá, de aquellos políticos con discurso propio ajeno a la férrea e irracional disciplina de partido. Tanto delegar en ellos nos ha dejado cercenada la democracia y cuando nos hemos dado cuenta la hidra de siete cabezas se regenera enfermizamente. Los partidos se organizan en función de castas y equilibrios que permiten ascensos imposibles en el mundo real. “Del fracaso escolar al coche oficial” acuñó la sabiduría popular. Como el programa de autolavado no venía de serie en los partidos, corresponde al ciudadano limpiar la era con participación, crítica y contestación. Desde dentro también se puede. No todo vale, aunque creyeran que sí.
b Asunto tranvía. ¿Será verdad que las exigencias municipales para la gestión privada del tranvía lo convertirían en el primer transporte público no deficitario? ¿Estarán tan alejadas de la realidad como las cifras de usuarios potenciales ofrecidas por la Junta? ¿Hay intención de convertir el sistema tranviario en un parque temático de la desidia
política? Si la respuesta a esta última pregunta es afirmativa, se va por el buen camino. Una vez concluido el proceso de secado de todas las plantas ornamentales de sus jardines, el siguiente paso sería subastar los raíles entre los chatarreros locales para crear empleo. El césped artificial, si no es mucho pedir, lo dejan que la ciudadanía le ha cogido el gusto al footing ferroviario. Punto final a la ironía.
b Ciudadanos 3.0. Manos a la obra. Un grupo de niños del “Arrabalejo”, coordinados por una madre, han decidido adecentar lo que nadie les arregla y crear su propio centro social. El entorno de su barrio no era el más propicio y, ahora, lo mantienen limpio, pintaron paredes e, incluso, taparon los agujeros en las calles. Aviso a navegantes: no quieren subvenciones ni fotos con políticos. Más manos y algunos instrumentos musicales sí ayudarían.