Hacer el bien

Desde Jaén. Considero que la manera más clara y concisa de hacer el bien es la de “tratar a los demás como queremos que ellos nos traten”. En este tiempo en que priman el egoísmo y el individualismo, hacer el bien siempre, con decisión y constancia, es ir contracorriente, pero se nos presenta como necesario salir de ese círculo en que nos encontramos encerrados, y darnos a los demás. Tenemos la capacidad para hacerlo y muchas oportunidades para realizarlo.

    05 may 2012 / 09:42 H.

    Esta conducta implica, lógicamente, no hacer el mal a nadie, contando para ello con la constante ayuda de Dios. Para los cristianos, hacer el bien es asemejarse a Cristo, que lo hizo durante toda su vida. No es sólo cuestión de solidaridad, sino más bien, una necesidad vital, que nace de nuestro ser de creyentes. Es ponernos en el lugar del otro y ayudar a aquel que nos necesita. Es ver en cada persona al mismo Dios, pues, sabemos que Él se identifica con el pobre, el débil, el humilde; que nos ama a todos por igual, y sin medida. Opino que si comprendiéramos el verdadero sentido y alcance de hacer siempre el bien, y lo lleváramos a la práctica, nuestro mundo se transformaría, sin lugar a dudas, en ese mundo mejor que todos anhelamos.
    Concepción Agustino Rueda