Guardia Civil de montaña busca a Tidiany
Especialistas del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil (Greim) buscan a Tidiany Coulibaly, el joven temporero de Malí que fue visto en Villacarrillo, por última vez, el 17 de diciembre de 2013, hace ya más de seis meses. Los montañeros de la Benemérita -cuya base más cercana a la provincia está en la vecina Granada- se desplazaron hasta Villacarrillo para rastrear una zona en la que se sospecha que puede estar el cuerpo del africano.

Esta novedad, a la que tuvo acceso JAÉN, introduce un importante matiz. Ya se trabaja, claramente, con la hipótesis de que el desaparecido esté sin vida y su cadáver oculto en algún lugar. La línea oficial de trabajo, durante meses, fue una extraña desaparición, sin cerrar la puerta a un feliz hallazgo. Ello motivó innumerables batidas por Villacarrillo y alrededores y también que la fotografía y los datos de Tidiany Coulibaly se facilitaran a todas las policías del mundo, a través de la Interpol; incluso, hubo un llamamiento especial a las Fuerzas del Orden de su país de nacimiento.
Con la búsqueda de unos restos mortales, las pesquisas tienen otro cariz, van, por así decirlo, "a tiro hecho". El punto exacto que le interesa a los guardias civiles es una incógnita. Lo que sí está claro es que la Policía Judicial del Cuerpo, que es la encargada de esclarecer este misterio, tiene nuevos indicios, que llevaron a autorizar una nueva batida, encomendada a los expertos de montaña. A los "greim" se les encomiendan rescates en cuevas u otros accidentes geográficos que revisten una especial dificultad.
La labor policial da un nuevo y, quizás crucial, paso, después de un largo tiempo en aparente dique seco. El anterior punto de inflexión fue el arresto, el pasado 6 de mayo, del que se cree que es el principal sospechoso de la desaparición del Tidiany Coulibaly. Es el hijo del patrón del maliense, un vecino de Villacarrillo que declaró ante la instructora del caso, la juez Antonia Torres Gámez, en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de la ciudad. Su señoría lo puso en libertad con cargos, con la obligación de comparecer, los días 1 y 15 de cada mes, en dependencias judiciales. Tras escucharlo, le imputó tres delitos: detención ilegal (secuestro), contra la libertad de los trabajadores y de desobediencia, por violar el precinto de una nave de aperos.