Griñán y Díaz
Miguel Ángel Rus Casado desde JAÉN. De Sevilla a Sevilla, y tiro porque me toca: Ha sido en un visto y no visto. De pronto nos hemos encontrado con que un sevillano de adopción deja su cargo y pone en su lugar a una sevillana. Sí, sí, estoy hablando de Griñán y Susana Díaz, que es esa sevillana que lleva toda su vida viviendo de la política y que ahora se encuentra con que será nada menos que presidenta de Andalucía, sin que nadie la haya votado, ni siquiera los de su partido.
Eso sí, ha recibido el apoyo incondicional de todas las agrupaciones provinciales socialistas. Algo que, sinceramente, no me explico, teniendo en cuenta que ese proceso al que llaman “primarias” ha sido una estrategia para colocar al frente de la mismísima Junta de Andalucía a la niña de mis ojos de Griñán. Me resulta escandaloso que esas agrupaciones provinciales enaltezcan a una candidata (ya más bien presidenta) que no hace más que continuar la larga estirpe de sevillanos que han dirigido a Jaén y a los jiennenses desde Sevilla y que, como no podía ser de otra forma, nos han dirigido mal, mirando más por los beneficios de esa capital autonómica impuesta que por solucionar el desequilibrio territorial que padecemos en Andalucía. Y todo esto avalado por Izquierda Unida, que ha adelantado que apoyará la investidura de esta presidenta ilegítima. Según parece, el objetivo de Griñán era realizar un paripé de primarias con una victoria sevillana más que asegurada, para después acompañarlo de una dimisión inminente a causa de los ERE y un aupamiento de Susana Díaz a la presidencia de Andalucía. Misión cumplida.
(Secretario provincial en Jaén Partido Regionalista por Andalucía Oriental)