Grave cogida de Venegas en el coso madrileño Las Ventas
Era un día grande para el matador de toros segureño, pero acabó en la Clínica Virgen del Mar. El diestro de Beas de Segura José Carlos Venegas fue herido de gravedad tras sufrir una cornada “en la fosa ilíaca derecha, que le afectó a los músculos oblicuo mayor y menor y transverso, que llega a la pala ilíaca”, según el parte de los servicios médicos de Las Ventas, recogido por “Mundotoro”. El torero fue cogido al entrar a matar al sexto de la tarde y, después, ovacionado mientras se retiraba a la enfermería doliéndose de la parte baja del vientre, tras una voltereta en la que quedó colgado del pitón del toro, según las mismas fuentes. El pronóstico es grave, con una trayectoria de quince centímetros. Después de ser atendido en la enfermería de la plaza, fue trasladado a la Clínica Virgen del Mar.
Era un día grande para el matador de toros segureño, pero acabó en la Clínica Virgen del Mar. El diestro de Beas de Segura José Carlos Venegas fue herido de gravedad tras sufrir una cornada “en la fosa ilíaca derecha, que le afectó a los músculos oblicuo mayor y menor y transverso, que llega a la pala ilíaca”, según el parte de los servicios médicos de Las Ventas, recogido por “Mundotoro”. El torero fue cogido al entrar a matar al sexto de la tarde y, después, ovacionado mientras se retiraba a la enfermería doliéndose de la parte baja del vientre, tras una voltereta en la que quedó colgado del pitón del toro, según las mismas fuentes. El pronóstico es grave, con una trayectoria de quince centímetros. Después de ser atendido en la enfermería de la plaza, fue trasladado a la Clínica Virgen del Mar.

Acompañaban al de Beas Eugenio de Mora y Jairo Miguel para lidiar cuatro toros de Guardiola Fantoni, procedencia Villamarta, y dos del conde de la Maza, origen Núñez, en la primera corrida de agosto en la plaza madrileña.
Se da la circunstancia de que también el banderillero de Venegas Vicente Cabanes fue cogido por el tercer ejemplar de Guardiola Fantoni —prendido al llegar a las tablas, al salir el toro del caballo, y tuvo que ser trasladado a la enfermería con esguince de rodilla y policontusiones, según el pronóstico—. Antes de la fatal cogida, el torero elaboró una faena templada, con buen oficio, al tercer toro de la tarde, que estuvo manejable, una labor que fue de más a menos, sin poder rematarla. Actuación digna la de Venegas, que, finalmente, resultó silenciado.
Junto con el jiennense, el diestro Eugenio de Mora fue el primero en sacar el capote en una corrida que revolucionó la primera plaza del universo taurino. Rozó casi la puerta grande. Tuvo suerte Eugenio de Mora, que cortó una oreja del primer toro de la tarde, un ejemplar del conde de la Maza, de buena condición, con el que pudo torear largo y con relajación sobre la diestra y la zurda. El torero, que fue prendido al entrar a matar, firmó una faena buena sobre ambas manos. Con su segundo toro, el cuarto de la tarde, volvió a dejar una gran impresión, incluso dio una vuelta al ruedo tras la petición del público. El toledano logró muletazos estimables en una labor de mucha determinación.
El tercer matador de la tarde fue Jairo Miguel, que en sus primeras suertes se estrelló con el deslucido y complicado segundo, un toro del conde de la Maza ante el que el torero extremeño puso dedicación y tiempo en un conjunto sin opciones de lucimiento.