Gran hermano democrático

El escrutinio de “Tengo una pregunta para usted” es saludable desde el punto de vista democrático, incluso aunque no se retransmitiera. Es higiénico que un presidente salga de su círculo cerrado y se enfrente cara a cara a los problemas de los ciudadanos, con casos concretos, para comprobar como calan en la sociedad medidas y mensajes. Zapatero tuvo que emplearse a fondo para explicar que el Gobierno no ha dado dinero a los bancos, porque, en esencia, el ciudadano no entiende que en la crisis los que se jactan de sus beneficios anuales sean una prioridad.

    26 ene 2009 / 23:25 H.

    A un Zapatero relajado en el cuerpo a cuerpo, le recordaron y no le perdonaron la negación de la crisis y quizá alguno de los “77 asesores” reconocidos de Moncloa debería trabajar en ese punto. El paro, como exponente de este “paréntesis duro y difícil”, tuvo varios testimonios que quebraron el discurso del presidente. El mensaje de un optimista confeso también se apoyó en la idea muy americana de arrimar el hombro por la nación, “el gobierno no lo puede hacer todo”, dijo. La cercanía con los ciudadanos hubiera ganado enteros si hubiera reconocido algún error, que es de humanos e, incluso, de políticos. Puede que la crisis, con estas dimensiones, no fuera predecible, pero sí la dependencia peligrosa que España tenía del ladrillo. El descalabro no se hubiera evitado, pero todos habríamos ganado tiempo.