Gracias, siempre

Hoy, día 16 de octubre, mi hija pequeña, María Eugenia, cumple un año de vida pero la noticia es que lo cumple por dos veces, sí dos veces, una vez a las 20:30 horas que nació y otra a las 22:00 horas que “alguien” le salvo la vida.
Una hora y media después de su nacimiento mi hija sufrió una parada cardiaca pero se dieron un cúmulo de circunstancias, yo digo milagros, que hicieron posible que María Eugenia hoy pueda estar aquí con nosotros celebrándolo.

    16 oct 2015 / 10:14 H.


    El primero es que justo en ese momento se encontraba en brazos de su tita con lo que la reacción fue inmediata y a partir de ahí los “milagros” se llaman: Rafael Domínguez, médico intensivista de la Clínica Cristo Rey que dirigió y realizó la reanimación de mi hija, Ana Siles y María del Mar Barranco, enfermeras de la misma Clínica, y Tere Illana y Tere Aguilar, auxiliares.
    Solo pretendo con esta carta hacer lo más público posible mi homenaje e infinita gratitud, de por vida, a esos magníficos profesionales a los cuales debo, con la ayuda de Dios y porque fue su voluntad, la vida de mi hija.
    En estos 365 días no ha habido uno solo en que no os haya recordado y os lo haya agradecido; cada vez que María Eugenia sonríe, cada mañana cuando se despierta a un nuevo día o cada noche cuando duerme plácidamente, cada vez que miro la luz de sus ojos, cuando la veo crecer y “ponerse grande”, ahora que empieza a balbucear palabras, cuando apareció su primer diente.... hasta cuando llora con todas sus fuerzas a las horas menos oportunas. Siempre, todos y cada uno de los días de este año.
    Mil gracias, no olvidéis nunca lo que yo hoy quiero recordaros y es que mi hija vive gracias a vosotros. Está por vosotros. Pido a Dios que os lo premie.
    Alejandro Sánchez León / Pegalajar