Gómez Bur, 'bailenense' de pro

Manolo Gómez Bur vivió una apasionada relación de amor con Bailén y hoy este municipio le rinde homenaje con una exposición en el Centro de Interpretación de la Batalla en la que, a través de una serie de fotografías y objetos personales, se evoca la vida profesional y familiar del célebre actor, fallecido hace 20 años.

    18 may 2011 / 11:32 H.


    Manolo Gómez Bur era el nombre artístico de Manuel Gómez López de la Osa, madrileño de nacimiento y bailenense de adopción y de corazón, ya que su esposa, Carmen Aranda, era natural de Bailén. El apellido Bur es una abreviatura del de su padre que se llamaba Manuel Gómez Burgos. El Ayuntamiento de Bailén inauguró, con su alcalde Bartolomé Serrano a la cabeza, el pasado lunes, una exposición sobre el prolífico actor, titulada Manolo Gómez Bur. Vida de un actor, con la que pretende reconocer la trayectoria del actor madrileño, fallecido en Bailén el 30 de mayo de 1991.
    María Torres, concejal de Turismo, comenta que la exposición está dividida en tres partes que recogen la trayectoria cinematográfica, teatral y personal de Gómez Bur, y muestra un conjunto de imágenes originales de sus obras, así como elementos personales que el autor fue conservando a lo largo de toda su vida, como las imágenes de su boda o fotografías de sus viajes y de sus vacaciones. “Todos los objetos personales —aclara María Torres— han sido aportados por la familia Aranda, principalmente por sus sobrinas, ya que el matrimonio no tuvo hijos”. La exposición puede visitarse hasta el 19 de junio, los miércoles, viernes, sábados y domingos, de diez de la mañana a dos de la tarde y de siete a ocho de la tarde. 
    Manolo Gómez Bur fue un actor cómico que participó en cerca de cien películas y se hizo querer por el público a través de sus personajes un tanto ingenuos, pero rebosantes de humanidad. Pertenecía a una familia de actores y, al acabar la guerra, en 1939, debutó en los escenarios en el género de la revista. En 1951 comenzó su carrera de actor cinematográfico de la mano de Edgar Neville, con quien rodó Cuento de hadas. Fue un actor eminentemente cómico, que se especializó en tipos castizos e ingenuos que hicieron de Gómez Bur uno de los más entrañables y queridos por el público en los años 60. Intervino en títulos como Las chicas de la Cruz Roja (1958); El día de los enamorados (1959); Tú y yo somos tres (1961); Las que tienen que servir o Ibéricas F. C. Ignacio Frías /Jaén