Gibraltar, la gallina de los huevos de oro
Desde zaragoza. A todos nos gustaría tener una gallina que pusiera huevos de oro, o un negocio boyante. Desear ganar mucho dinero no es malo. Pero si no se frena la codicia, que actúa a todos los niveles, los medios para lograrlo sí pueden serlo: el robo, el fraude, la violencia.
Son procedimientos deplorables. El problema se complica si la avaricia se estructura, sea en torno a empresas, clanes, ideologías, etcétera. Si un individuo delinque, es fácil que el peso de la ley caiga sobre él. Pero si lo hace a través de empresas es menos probable, al disponer de más recursos para actuar de manera sinuosa entre los resquicios de las leyes. Aun es más difícil descubrir y sancionar la corrupción política, ya que los ladrones organizados al amparo de una ideología, actúan en nombre de pomposos principios; aun así se descubren muchos casos. El problema es mayor todavía cuando son naciones enteras las que se guían por la codicia estructurada, porque utilizan ingentes recursos para aducir una interpretación de las leyes según sus intereses, e imponen su versión con la fuerza bruta. Estos días han navegado por nuestras aguas una flota de portaviones, buques de asalto, fragatas, y otras embarcaciones, alrededor de una gallina que pone huevos de oro, que genera grandes ganancias, de manera injusta, mediante juego sucio: privilegios fiscales, contrabando, blanqueo de dinero.
José Murillo