Generosa privilegiada
Tomás Gutiérrez Roa desde JAÉN. Navidad es tiempo de buenas acciones. En ésta época de amor y alegría, de dar y recibir, las almas caritativas se lanzan a la calle en busca del pobre al que ayudar, de ese desesperado padre de familia que, a falta de trabajo con el que financiar el gran banquete de Nochevieja y Año Nuevo, pide por lo menos algo de leche para que sus hijos desayunen. Todo sea por los necesitados, y por nuestras conciencias.
E Isabel Mateos no iba a ser menos. La concejala de Izquierda Unida ha decidido donar su extra de navidad a Cáritas Interparroquial ya que el PP no aceptó que fueran todas las extras del Gobierno municipal, más el 25% de sus sueldos, a la beneficencia. Sin duda la concejala es toda solidaridad. Pero hay otro motivo. Mateos ha decidido tomar tan drástica medida porque ha advertido que ningún funcionario desalmado ha enviado ni un mísero euro a la caridad, sintiéndose contrariada a la vez que molesta con esa clase de privilegiados que son los funcionarios, codiciosos e insolidarios con el prójimo, que han decidido “fundirse” su extra en caprichos y lujos navideños sin dar nada a los peor parados. Ya no es un secreto que los empleados públicos no tienen ni alma ni corazón. O puede que no, que el pretexto sea otro. Quizás la señora Isabel Mateos haya observado que la privilegiada es ella y que, como parte de la clase política, no ha sufrido los recortes que sí han asediado a la mayoría de los funcionarios y ha podido cobrar la extra de navidad. Tal vez haya pensado que por donar los 2.500 euros de su extra a Cáritas, que por otra parte es un hecho que le honra, la población no la va a meter en el mismo saco que a sus colegas, ese del que cuelga un letrero bien grande en el que pone “chorizos”. Isabel Mateos ha querido hacerse un lavado de cara aprovechando la festividad navideña, y ya van unos cuantos, montando el circo e intentando hacernos ver que es una currante más. Pero no ha colado. Y no cuela porque estamos hartos de ver cómo el sistema del bienestar es recortado día tras día, un poco por allí y otro poco por allá, mientras que los mandatarios todavía siguen cabalgando en el derroche y en los privilegios propios del cargo. Y luego nos acusan de vivir por encima de nuestras posibilidades. Estamos curtidos en el desamor político, en las tomaduras de pelo, y una más no nos va a matar. Pero eso no implica que nos lo creamos todo. Si Isabel Mateos dona su paga extra es porque puede, porque la tiene. Si realmente quisiera ser solidaria debería empezar por presionar al Gobierno municipal para que no otorgara a los cargos políticos el extra de navidad y así convertirse, por una vez, en unos currantes más. Y si eso no fuera posible, por lo menos podía conceder el donativo de forma anónima, sin montar el circo ni salir en la foto, sin intentar que todo el mundo sepa que ella es generosa y buena en estas fechas tan señaladas, porque lo que Mateos olvida es que los demás no tienen la opción de serlo debido a que, sencillamente, no tienen el extra de navidad. Quizás deberían darle esa oportunidad.
(Presidente de OCO)