Gema Jiménez, sabor y juventud

Vídeo.-La joven cantaora de Jódar Gema Jiménez colocó el broche de oro a la gala con una breve pero brillante intervención en la que puso de manifiesto su arte y todo el poderío, los matices y la textura de su privilegiada voz. Los ingredientes de su crisol personal son: color, sabor, dulzura y juventud. Y la virtud de que hace fácil lo difícil, vocaliza las letras y se la entiende.

    21 mar 2010 / 12:43 H.

    Gema Jiménez tuvo muy presente a Jaén en su intervención ya que comenzó su actuación por tarantas, cantes mineros autóctonos de la zona Linares-La Carolina, en los que expresó el duro trabajo de la mina, la muerte y la tragedia que siempre pende, como la espada de Damocles, sobre las cabezas de los obreros. La letra que cantó, tan “jonda” como las entrañas mismas de la tierra y de la esencia de la taranta, hablaba de un minero que sentía miedo de bajar a la explotación y que acabó perdiendo la vida en su interior.
    La cantaora galduriense continuó con una soleá apolá, cante que ejecutó con elegancia y poder, y que recordó al público más versado en el acontecer flamenco a los maestros “El Tenazas”, Pepe Marchena o Charamusco. El tercer cante fueron unos tientos-tangos; en estos palos, sobre todo en el remate por tangos supo darle más alegría y ritmo a su intervención, a la vez que demostró ser conocedora y buena interprete de los sones a compás. Gema Jiménez terminó su intervención, en solitario, por fandangos remató con uno de Paco Cepero, de pie y fuera de micrófono, es decir, a capela, que supieron conectar muy bien con el público asistente, porque si Gema Jiménez tiene una virtud natural para el cante, que ella se encarga de cultivar en el Conservatorio de Sevilla, en los fandangos se explaya, como también lo hace en saetas. Por su parte, el guitarrista sevillano Eduardo Rebollar realizó un perfecto acompañamiento a los cantes de Gema Jiménez y puso de manifiesto su maestría con el toque. Este tocaor se formó como guitarrista en la Academia de Matilde Coral donde coincidió con otros grandes tocaores como Manolo Franco o Paco Arriaga.

    Eduardo Rebollar comenzó en los festivales flamencos acompañando a  figuras de la talla de José de la Tomasa, Manuel Mairena,  Fernanda de Utrera, Calixto Sánchez, Curro de Utrera, Matilde Coral, Farruco, Manuela Vargas y Yolanda Lorenzo, entre otros. En la actuación del pasado viernes en el “Infanta Leonor” se acopló perfectamente a la forma de interpretar de Gema Jiménez y dio continuas muestras, que sonaron a gloria, de su maestría y dominio del instrumento.
    Este tocaor tiene una trayectoria larga. En 1987  formó parte del grupo teatral La Cuadra de Sevilla, de Salvador Távora, donde colaboró en la creación de las músicas flamencas de los espectáculos “Las Bacantes”, “Alhucema” y “Crónica de una muerte anunciada”. Con esta compañía recorrió diferentes países de Europa y América.
    En 1990 fue finalista del concurso Jóvenes Intérpretes de la Bienal de Sevilla. Ha hecho algunos trabajos discográficos con cantaores, entre los que cabe destacar el realizado en Barcelona con motivo de los Juegos Paraolímpicos con la intervención de la soprano Montserrat Caballé. En 1992 comenzó a trabajar para la Diputación Provincial de Huelva, impartiendo clases de guitarra en Manzanilla y Chucena.
    En 1996 se incorporó a la Fundación de Flamenco Cristina Heeren, impartiedo clases junto con  Calixto Sánchez, José de la Tomasa, Paco Taranto, José Luis Postigo, Manolo Franco, Niño de Pura y Miguel Angel Cortés, entre otros, una labor en la que sigue actualmente.
    Por su parte, Gema Jiménez puso de manifiesto, en la gran noche de los jiennenses y ante un público amplio y diverso que llenó a rebosar el Nuevo Teatro Infanta Leonor, que es una de las más claras proyecciones del cante flamenco actual. Además, fuera y dentro de los escenarios, esta joven cantaora no esconde de dónde es, y allá por donde va intenta dejar el nombre de Jódar en lo más alto. Ha conquistado un lugar privilegiado en el mundo del flamenco por méritos propios, de los que dio sobradas muestras en su breve e intensa actuación, y tiene en su haber importantes premios, con una carrera que está en continuo crecimiento. 
    Su incursión en el cante comenzó tras esporádicas apariciones al cante y después de unos años dedidada al baile empezó a participar en concursos. Con dieciséis años consiguió sus primeros galardones. En el año 2004-2005 llegó la consagración de su carrera con la obtención del Melón de Oro, las Tarantas de Linares y la Lámpara Minera, entre otros premios de prestigio. 
    Pese al corto recorrido tiene editado un CD, fruto de la colaboración entre el Festival Internacional del Cante de las Minas y el sello discográfico de RNE, RTVE-Música, que apostó por los ganadores del máximo galardón del festival en un nuevo ciclo con el nombre de “Lámpara Minera”.
    En este primer trabajo, Gema Jiménez presenta un recorrido flamenco de corte clásico, que ella endulza con el sabor de sus condiciones interpretativas y el frescor de su juventud cantaora.
    Los cantes con los que ganó los tres citados premios los incluye en el CD, que emana, al igual que su actuación en la gran noche de los Jiennenses del Año, el sabor de su tierra jiennense.
    Gema Jiménez es una perfecta conocedora del poderío de su voz y tiene una confianza plena en lo que hace, hasta el punto de que, en un momento determinado de su actuación, soltó el micrófono y llenó con su voz redonda, a capela, toda la amplitud del teatro de Jaén.

    'Andaluces de Jaén', todo un lujo para el colofón de la fiesta
    Gema Jiménez, acompañada al toque con Eduardo Rebollar, y la Tuna de Peritos pusieron el colofón a la fiesta cantando “Andaluces de Jaén”, el poema de Miguel Hernández que musicó Paco Ibáñez. Gema Jiménez concluyó su intervención en el escenario del Nuevo Teatro Infanta Leonor recordando a Jaén con un solo muy flamenco con la primera estrofa del poema. El resto de la canción la cantó magistralmente la Tuna de Peritos que puso de manifiesto su buen hacer y alto nivel musical, acompañados por el Payo Juan Manuel.