Garzonitis aguda
Mira que el paisano genera sentimientos. Para algunos es como el torero entregado, que se deja el alma en el capote y es fino con el estoque, arriesgando en cada muletazo. Otros piensan que es como el 'Mou' para el Barsa, un tipo arrogante, que se mete donde no le llaman y que no respeta reglas ni morales. Dice lo que piensa, cómo lo piensa y no le importa ni su posición ni estatus social.
Ni tan siquiera desde el púlpito que ejerce. Para expresar y opinar como le plazca. Desapercibido no pasa. Y a ver quién le pone el cascabel al felino, quién juzga al juez. De momento, en una de sus causas ya ha salido condenado, por hacer de la “vieja el visillo”. ¿El fin justifica los medios? ¿Se puede romper la confidencialidad del abogado-cliente por causas distintas a las que expresa la ley? Seguramente sus seguidores opinan que sí, que al ser una trama de corrupción política, “todo vale”. Si ellos se vieran en esa situación, serían seguramente los primeros en reclamar sus derechos, y que se cumplieran a rajatabla. Sus detractores, todo lo contrario. En otra de sus causas, por lo visto se han pronunciado y han concluido, de momento, en que ha prescrito; algo similar le ocurrió a mi madre cuando vino una amiga a casa y le dijo ¿te gusta mi corte de pelo? Tras dos minutos de reflexión y miradas de lo más asépticas, contestó: “Estás muy fresquita”. Lo que todos debemos, deberíamos y deberemos tener claro es que lo mismo que se exige la presunción de inocencia para los más famosos y recónditos crímenes y sus presuntos autores, la Ley está “diseñada” para que todos la cumplamos. Y, “sine qua non”, para el que aplica la ley. Francisco J. Peinado/Profesor de Formación Vial