26 oct 2014 / 10:21 H.
La preocupación más que legítima de Baeza, expresada por la Corporación Municipal en un moción, para que la sede de la Universidad Internacional de Andalucía no pierda peso específico en el conjunto de la programación universitaria encontró cierta respuesta en la reunión del Patronato de la entidad. La Junta, a través del secretario general de Universidades de la Junta, aplaudió esa preocupación y esa defensa de la institución por parte de los ciudadanos baezanos, pero aclaró que se mantendrá la importancia de los cursos y, además, se organizará un Aula de Mayores y otros proyectos relacionados con el mundo del olivar. La crisis, por lo tanto, y en principio, se puede dar por cerrada entre el Ayuntamiento y el rector de la UNIA, aunque para dar más garantías a este “acuerdo” se detalló que una comisión velará por el cumplimiento de estos compromisos. No obstante, algo más que palabras harán falta para comprobar que la sede no pierde autonomía. Los malentendidos son normales cuando se ataca una gestión que hasta el momento era modélica y se ponía en peligro una forma de entender una universidad cercana de cuyos cursos se beneficiaba la ciudad y empresas jiennenses. Habrá que escudriñar en las próximas semanas qué pasa con el personal de confianza y cómo se desarrolla la centralización de gastos. Lo inexplicable, por el momento, es por qué razón se producen este cambio de criterio, cuando hasta económicamente no había problema alguno. Si otras sedes requerían una atención “personalizada” que se hubiera hecho, de lo contrario suena a aplicar medicina a un paciente que se encontraba en plenitud de facultades. El equipo de Gobierno tendrá que vigilar que Baeza no pierda brillo.