Gámiz: “Me motiva formar parte de una plantilla que aspira a todo”

—¿Por qué el Linares y no otro club de superior categoría?  
—Básicamente porque el Linares tiene algo especial. Aquí te sientes futbolista desde el primer día y eso pasa en pocos equipos. En esta ciudad, la gente tiene ganas de fútbol y de hacer cosas importantes. Además, desde el principio mostraron interés por mí y el proyecto en el que trabajan no puede ser más ambicioso. Eso es algo que me gusta mucho.
—Su fichaje ha despertado una gran expectación entre la afición. ¿Qué siente más presión o responsabilidad?   
—Me motiva formar parte de una plantilla que aspira a todo. Esto me hace trabajar más y más cada día. Tengo la misma responsabilidad y presión que el resto de mis compañeros, porque, ante todo, somos un equipo. Todos sabemos lo que nos jugamos y todos queremos llevar a buen puerto el proyecto del club. Por eso, todos, incluida la afición, debemos remar en la misma dirección.

—¿Qué sensaciones le transmite el equipo?  
—Muy buenas. Anque se mantiene el bloque que tantas satisfacciones dio la pasada temporada, hay muchas caras nuevas que necesitan un periodo de aclimatación y de adaptación a lo que quiere el entrenador. No obstante, el hecho de que haya muchos jugadores del pasado año hace que todo sea más fácil y más rápido. Además, el ambiente en el vestuario es fantástico. Me gusta que sea así, porque una de las claves de los éxitos del Loja fue precisamente la armonía de la plantilla. Éramos como una familia y aquí pasa más o menos lo mismo.  

—En su carrera, ha jugado en bastantes posiciones. ¿Eso le ha permitido entender el juego?  
—Así es. En Loja mejoré mucho mi fútbol cuando comencé a jugar más en el centro. Esto hizo que el equipo mejorara también.

—Ve el juego de otra manera. Parace todo más fácil cuando la pelota está en sus botas.  
—Es algo innato en mí. Mi fútbol siempre se ha caracterizado por  tener buena visión de juego. Ese es mi punto fuerte, al igual que el del delantero es tener ofalto de gol y marcarlos.

—Eso le permite asociarse y combinar con sus compañeros con solo una mirada.   
—Me gusta. Siempre busco a un compañero para asociarme y simplificar más el juego. Hasta ahora ha dado muy buenos resultados y espero que en el Linares vaya a más, porque conozco a muchos de los jugadores y sé lo que quieren.  

—¿En qué nota que su fútbol ha madurado?  
—Ahora vivo las horas previas a los partidos con más tranquilidad y con la confianza de que lo haré bien en el campo. He ganado esa seguridad en los partidos importantes, en esos en los que te juegas de verdad algo.

—¿Cómo se motiva?  
—Ni escucho música, ni leo nada, lo único que hago concentrarme, mentalizarme y dibujar en mi cabeza el partido. Luego salto al campo, miro a la grada y la afición me da esa motivación extra que me falta.

—¿Cómo ve a la afición?  
—La veo tremendamente ilusionada, entregada a su equipo y a su ciudad. Tienen fe en el proyecto y en la posibilidad de conseguir el ascenso. Mi deseo es que se cumpla y hacerla feliz.

—De todo lo que se ha dicho de usted antes de llegar al Linares, ¿con qué se queda?
—Con la ovación y los mensajes que recibí de la gente el día que empatamos a cuatro en Linarejos con el Loja. Me hicieron sentir cosas que antes no había experimentado. Fue espectacular. Lo cierto es que aquella tarde me marché del estadio muy emocionado por lo vivido.

—¿Con su anterior equipo está todo arreglado?  
—Sí, todo arreglado y olvidado.

—¿Cuál es el mejor partido que ha jugado?
—Es complicado quedarme con un partido. Tampoco me he puesto a pensarlo, si bien recuerdos buenos encuentros cuando jugué con el Alicante en el Mini Estadi ante el Barça B y otros con el filial del Getafe, sin olvidar el partido de la fase de ascenso ante el Valladolid y uno ante el Sevilla Atlético en Segunda B, ambos con el Loja. No obstante, creo que el mejor partido siempre está por venir.

—Le abruma tanta foto y tantos mensajes de la afición
—Todo lo contrario, es algo muy bonito para un futbolista.