Formación Profesional como alternativa de futuro laboral

Profesionales con un alto nivel de formación y especialización y, además, con las mejores expectativas de salida laboral. Esa es la esencia de la reforma de la Formación Profesional, una apuesta que permite eliminar el concepto de cenicienta del sistema educativo que hasta ahora ha arrastrado. Una errónea creencia que hacía que quien no se veía capacitado para cursar una carrera universitaria, se decantase directamente por este tipo de enseñanza. La realidad demuestra cuán equivocada es esa premisa que, sin embargo, está socialmente demasiado extendida todavía. En la actualidad son más de 92.000 los alumnos que cursan alguna de las titulaciones que se ofertan tanto de grado superior como de grado medio, y todas ellas con un elevado porcentaje de inserción a posteriori en el mercado de trabajo. Se trata de titulaciones adaptadas a las demandas del tejido empresarial, conectadas de manera directa con las necesidades del sector productivo, por lo que el alumno acaba sus estudios con una amplia base práctica garantizada. Desde la Junta de Andalucía se han impulsado dos nuevos decretos que avanzan en esta idea y que pretenden servir de incentivo para captar estudiantes en una coyuntura económica especialmente complicada como la actual. Un marco normativo que supone una de las mejores demostraciones de que los problemas se pueden convertir en auténticas oportunidades. La diversificación de los títulos existentes en un mayor número de ramas permite al alumno una formación mucho más específica y completa, con lo que las posibilidades de incorporarse al mercado laboral crecen de manera exponencial. Una alternativa a la crisis que viene acompañada con un revolucionario sistema de becas. En suma, una Formación Profesional renovada que se presenta como necesaria y segura alternativa de futuro.

    04 oct 2009 / 09:17 H.