Flash-back benemérito
Vigilancias aéreas, agentes a caballo, en moto, controles en carreteras secundarias y todo lo que se tiene a mano para acabar con los robos en el campo. Este es, en resumen, el plan especial de la Guardia Civil para acabar con los robos en el campo una tarea para la que, en definitiva, nació el Cuerpo.
En Sierra Mágina, a mediados del siglo XIX, no había una sola vía decente que comunicara Torres con Baeza y si, todavía hoy, hay que tomar una carretera llena de curvas para ir a Cabra del Santo Cristo, en aquellos tiempos, el mismo camino a pie o a lomos de un burro, sería, cuanto menos, entretenido. Además, era toda una aventura viajar por Jaén, como ocurría en la España rural, porque de detrás de cualquier árbol, podía salir un salteador. Con este panorama, en 1844, se puso en marcha la Guardia Civil que no tenía más misión que lograr que el campo fuera más seguro.
Los tiempos cambian, la sociedad evoluciona, y la Benemérita de ahora lucha contra el terrorismo, el crimen organizado y hasta tiene una unidad de delitos telemáticos, pero las zonas rurales, de nuevo, son inseguras. No hay bandidos de navaja y capa, pero sí hay grupos organizados que, en minutos, desmontan las canalizaciones de una finca de riego para venderlas como chatarra o asaltan una granja de la que se llevan hasta los cochinos. Y en Jaén, con millones de olivos y miles de explotaciones agrícolas, los amigos de robar en el campo, tienen faena. Por eso, para evitar que continúen, el Instituto Armado tiene a casi ciento cincuenta agentes dedicados, en exclusiva, a prevenir este tipo de delitos. Cuando se presentó este plan, en mayo, los robos en fincas de labor, rondaban los setenta. Desde entonces, aunque hay robos, las detenciones de este tipo de delincuentes son el pan nuestro de cada día en el parte de novedades que emite la Comandancia jiennense.
Los medios puestos a disposición de esta labor también son mayores. El trabajo en tierra corresponde, en gran parte, a las unidades de caballo y al Servicio de Protección de la Naturaleza, además de las patrullas de cada puesto, que se suman a los guardias que se centran solo en el plan especial. Desde el aire, un helicóptero del Instituto Armado, una herramienta que tan buenos resultados proporciona para descubrir donde se cultiva marihuana, también tiene encomendada esta tarea y, como para llegar al campo, hay que ir por carreteras secundarias y caminos normalmente, los controles en este tipo de vías son mucho más frecuentes. El mayor golpe contra los asaltos a explotaciones agrícolas se dio entre abril y mayo, cuando, de una tacada, se practicó la detención de trece personas que operaban en Úbeda y sus alrededores y que habían sustraído desde electrodomésticos a maquinaria agrícola. José Rodríguez Cámara/Jaén