“Flash-back” a la Baeza guerrera
Qué es un bolaño? Es un bola de piedra que disparaban las bombardas, unos cañones enormes. Unos cuantos de ellos se trasladaron a Baeza, en 1477, por orden de Isabel la Católica. La reina más poderosa de su época estaba indignada y preocupada por dos familias de la villa, los Carvajales y los Benavides, nombres muy poderosos en una España que empezaba a organizar su actual configuración. Las luchas de unos y otros, con episodios dignos de cualquiera de los mejores capítulos de Juego de Tronos, hicieron que la soberana cortara por lo sano. Para obligarles a parar y demostrarles que era más fuerte que ellos, mandó a la ciudad a su artillero mayor, Pedro de Barrionuevo. Este, bienmandado, llegó con lo mejor que tenía, y casi reduce el recinto defensivo a escombros.

Un testigo fiel de la visita del experto en cañones es el proyectil de piedra que encontraron, los arqueólogos, en 2009, junto a una de las torres de la antigua muralla, no hay quien lo mueva. Gracias a la recuperación del Ayuntamiento de estos restos del pasado, el visitante tiene la oportunidad de comprobar su solidez por sí mismo. La idea de sacar a la luz este recinto no es nueva ni está aún completa. Ya es visitable una parte importante, pero mínima, si se tiene en cuenta lo que queda por descubrir. La idea ha tenido buena acogida. En apenas dos meses y sin abrir todos los días, unas 4.000 personas escucharon las explicaciones del guía del conjunto, el joven historiador baezano Francisco Galán Hervás. El recorrido, que gestiona empresa turística baezana Pópulo, permite conocer que por la Puerta del Barbudo llegó un día el poeta Jorge Manrique, aunque iba a guerrear, o saber que las entradas en recodo eran un gran sistema de defensa almohade, que dejaba un costado del invasor al descubierto, y también quedarse pasmado con la historia de “la primera excavación arqueológica de España”, unos supuestos santos que resultaron ser hombres de la Edad del Bronce.