Familias de La Yedra continúan desalojadas
Nuria López Priego/Jaén
Estaba acostada, cuando su marido irrumpió en el dormitorio y le gritó: 'Levántate rápido, que nos ahogamos'. Isabel Tena Murillo recuerda, desde el hotel ubetense en el que está alojada con su esposo, la aciaga noche del lunes. Las riadas que asolaron La Yedra se llevaron 'todo' lo que tenían.

Estaba acostada, cuando su marido irrumpió en el dormitorio y le gritó: 'Levántate rápido, que nos ahogamos'. Isabel Tena Murillo recuerda, desde el hotel ubetense en el que está alojada con su esposo, la aciaga noche del lunes. Las riadas que asolaron La Yedra se llevaron 'todo' lo que tenían.
Eran alrededor de las diez de la noche y llovía intensamente. Isabel Tena (66 años) se había acostado temprano para descansar después de pasar una agradable tarde de lunes. Sin embargo, el reposo que buscaba se interrumpió súbitamente cuando su marido, Juan Pacheco (68 años), entró en la habitación gritando: “¡Levántate rápido que nos ahogamos!”. Los 90 litros por metro cuadrado que, el lunes por la noche, cayeron sobre La Yedra convirtieron la pedanía en un “foco de desgracias” del que era imposible salir, pero también entrar. “Los bomberos nos preguntaban: ‘¿Pero aquí por dónde accedemos?”, decía el alcalde pedáneo, Andrés Torres. El agua alcanzaba los dos metros en el único acceso que tenían y, mientras buscaban alternativas, el tiempo pasaba y los vecinos “desesperaban”. “Estuvimos dos horas sin poder salir de casa”, comenta Isabel Tena. Una mujer que aún no se ha sacudido la angustia de ver cómo, en unos minutos, el agua y el lodo enfangaban todo lo que poseía. “Lo hemos perdido todo”, lamenta desde el hotel de Úbeda en el que se aloja con su marido hasta no sabe cuándo. Como ellos, ninguno de los residentes en la calle El Valle ha podido regresar a sus viviendas. Pero, en la adversidad, agradece la ayuda de los vecinos, que “se están volcando” con ellos.
Isabel Tena recuerda cómo “el agua rebasaba la puerta del garaje y llegaba hasta las ventanas de la cocina”. La fuerza que adquirió el caudal era tal que llegó a “reventar dos muros”, uno en su casa y otro, en el chalé vecino. Se olía la desgracia. Pero el impecable trabajo de coordinación entre los bomberos y un vecino, Blas Moreno, al que todos los afectados apuntan como “el salvador”, evitó que lo que ahora parece una anécdota acabara en desgracia.
Moreno rescató a tres familias, —entre ellas, a Isabel Tena y a su marido— y, aun cuando lo ocurrido ya forma parte del pasado, no olvida la “impotencia” de ver que, “a 40 metros de ti, hay gente que puede morir y no puedes hacer nada”. “Con las luces de los móviles, los veía cómo se movían dentro de las casas, escuchaba llorar a las niñas” de un matrimonio y la rabia crecía en él. Sentía que debía actuar y lo hizo. Los socorrió arriesgando su vida y, lejos de creerse un héroe, asegura: “Hice lo que habría hecho cualquiera con un poquito de corazón”.
Cuatro inundaciones que esperan solución
Además de Isabel Tena Murillo y de su marido, Josefina Soriano y su familia tampoco han podido regresar a su casa tras las riadas del lunes por la noche en La Yedra. En estos momentos, están alojados en casa de unos familiares, en Úbeda. Poco a poco, se desprenden “del susto”, pero lograrlo no es fácil. “Había un metro y medio de agua” en las casas y lo peor —dice— era “la desesperación de estar dentro sin poder salir”. La del lunes fue la cuarta inundación que sufre la pedanía baezana. En dos ocasiones anteriores, Josefina Soriano vio cómo las riadas se llevaban los coches. Pero lo ocurrido el lunes no tiene parangón y el temor a que se vuelva a repetir una situación similar es patente entre los vecinos.
Para atajar estas inundaciones, el alcalde pedáneo reivindicó, en declaraciones a este periódico, que el arroyo de La Yedra discurra “al descubierto” por la pedanía y no entubado, como ahora.