Explosión de fe por el patrón
El puente es aún más largo en Martos. El 5 de mayo está marcado en el calendario de la ciudad de color rojo, el mismo que la túnica de San Amador y que las medallas que portan sus devotos en esta jornada para venerarlo. Y esa cita se vive de forma muy especial en el municipio, pero, sobre todo, se celebra en el barrio de La Cornacha. Después de un fin de semana “alegre” en la zona, con atracciones, orquestas y jolgorio en las casetas de las cofradías de la Oración en el Huerto y el Resucitado, todas las miradas giraron hacia el templo del patrón. En la plazoleta, el lunes, poco antes de la medianoche, un espectacular piromusical de la empresa local Pirotecnia Sánchez, a cargo de los hermanos mayores de 2014 y 2015 —la familia Gómez Cazalla—, dio la bienvenida a la fiesta principal.
El puente es aún más largo en Martos. El 5 de mayo está marcado en el calendario de la ciudad de color rojo, el mismo que la túnica de San Amador y que las medallas que portan sus devotos en esta jornada para venerarlo. Y esa cita se vive de forma muy especial en el municipio, pero, sobre todo, se celebra en el barrio de La Cornacha. Después de un fin de semana “alegre” en la zona, con atracciones, orquestas y jolgorio en las casetas de las cofradías de la Oración en el Huerto y el Resucitado, todas las miradas giraron hacia el templo del patrón. En la plazoleta, el lunes, poco antes de la medianoche, un espectacular piromusical de la empresa local Pirotecnia Sánchez, a cargo de los hermanos mayores de 2014 y 2015 —la familia Gómez Cazalla—, dio la bienvenida a la fiesta principal.

Después de los días de celebración de la novena, el besamanto, la ofrenda floral y la renovación del “voto” al patrón como alcalde perpetuo y protector de la ciudad, llegó el momento más esperado por los devotos. La eucaristía por la festividad de Amador de Tucci, el santo mártir marteño, estuvo presidida por un sacerdote querido y admirado por los vecinos: el padre Manuel María Gómez Zaragoza, anterior párroco, que fue trasladado el año pasado a Lebrija (Sevilla), a pesar de la gran movilización vecinal para evitar su marcha. La misa, además, fue concelebrada por párrocos de Martos y por Antonio Aranada, el canónigo de la Catedral y sobrino del mártir de Monte Lope Álvarez, el beato Manuel Aranda, y contó con la asistencia de representantes de la Corporación, encabezados por el alcalde, Francisco Delgado, y de la Guardia Civil y la Policía Local. También asistió una representación de las cofradías del Santo Entierro, la Virgen de la Victoria, la Virgen de la Villa, Santa Marta, el consejo de hermandades y la agrupación de la Virgen del Rocío, y contó con la música del coro de Santa Lucía. Durante su homilía, el padre “Manu”, como todos le conocen, recalcó que San Amador debe ser un ejemplo, ya que nunca renunció a su fe y por ello fue ejecutado en el año 855, durante la invasión musulmana, en Córdoba. Su vida y su testimonio de fe, según expuso, debe estar siempre presente. La misa concluyó con el canto del himno del patrón y, tras la bendición, cientos de vecinos aplaudieron continuamente a su “protector” y, también, al cura franciscano. No faltaron los “vivas” a “San Amador bendito”, a la vez que saludaba, en un templo repleto de gente, al que fue párroco y un buen amigo.
Tras la fiesta litúrgica, unos seiscientos hermanos compartieron un almuerzo y se prepararon para la procesión del patrón por su barrio. Con un trono adornado con flores rojas que los propios devotos regalaron, la talla desfiló al ritmo de la Banda de Cornetas y Tambores Monte Calvario de Martos, que antes había acompañado a los hermanos mayores desde su casa al templo, al igual que hizo por la mañana. Los músicos interpretaron marchas como “Bendición”, durante la salida del santo, y emocionaron con una adaptación del “Concierto de Aranjuez”, en el giro con Santa Lucía. Asimismo, tocaron, entre otras piezas, dos temas propios, “Amor por tu Esperanza” y “Rey de Reyes”.
Por otro lado, la presidenta de la cofradía, María Dolores de la Torre, pidió la implicación de los devotos, puesto que “hacen falta hermanos mayores” para los años venideros. Por su parte, uno de los hermanos mayores de este año, Rafael Gómez, aseguró que supone “todo un honor” y una “responsabilidad” acceder a este cargo. “Tanto mi familia como yo llevamos desde pequeños en la parroquia, venerando a San Amador, y para todos es un orgullo”, dijo, y animó también a vivir esta experiencia.