Europa reacciona ante el ébola

El traslado del sacerdote español Miguel García Viejo para ser tratado de la enfermedad del ébola en el Hospital Carlos II de Madrid acerca, otra vez, el grave problema de esta epidemia a España. En su caso no podrá ser tratado con la, en teoría, más eficaz vacuna por falta de unidades. Y es que como subraya, desde hace meses, la Organización Mundial de la Salud la epidemia es más grave de lo que cabría suponer. Son ya más de 2.793 muertos y 5.762 casos, con cuatro países con focos extendidos para constatar la importancia de este brote que tiene a la comunidad internacional en alerta. De hecho, lo que se dirime en la actualidad es cómo actuar con la mayor diligencia para controlar su avance y, sobre todo, para tratar a los enfermos. En este sentido, los avances farmacéuticos tendrán que ser “incentivados” por la presión política para que se consigan resultados eficientes más rápido. Lo que sería lamentable desde todo punto de vista sería atender a quienes desde África o desde la propia Europa alzan la voz para cerrar fronteras o impedir viajar a las zonas afectadas. Con esta medida se dificultaría luchar en la zona contra la epidemia y sería abandonar a su suerte a ciudades enteras haciendo, además, que se propague con mayor facilidad.  Ahora, en España, para poder salvar al misionero se espera poder localizar a otro paciente salvado para con sus anticuerpos lograr frenar el avance del virus y logra salvarlo. Como el propio caso del médico español, el tiempo de reacción es básico para mantener controlada una enfermedad devastadora y que deja a millones de personas a la espera de los avances de la investigación y de la ayuda y solidaridad internacional para afrontarla. 

    23 sep 2014 / 10:53 H.