Europa propone forzar a los países en crisis a pedir un rescate

La Comisión Europea ha propuesto este miércoles que la UE pueda  forzar a los países en crisis a pedir asistencia financiera con el  objetivo de evitar un agravamiento de la situación y un aumento de  los costes del rescate.

    23 nov 2011 / 17:10 H.

    Cuando se considere que la situación financiera de un país pone en  riesgo al conjunto de la eurozona, las nuevas reglas permitirán a  Bruselas aconsejar al Estado en cuestión que pida asistencia  financiera. Aunque se trate sólo de una recomendación, en la práctica la  reacción de los mercados obligará al país a buscar ayuda. El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha explicado en  rueda de prensa que la experiencia de Grecia, Portugal e Irlanda  demuestra que "un Estado miembro normalmente quiere evitar un  programa (de rescate) hasta el último momento".
    "Esto ha provocado que la situación empeore significativamente  entretanto para el país afectado y para el conjunto de la eurozona, y  ha aumentado los costes para otros Estados miembros e incrementado  las necesidades de financiación también", ha resaltado Rehn.
    Las nuevas reglas, que deben ser aprobadas por los Gobiernos y la  Eurocámara, permitirán que la UE plantee cambios a los presupuestos  de los países con déficit excesivo cuando detecte desviaciones en los  objetivos de ajuste fiscal.
    En todo caso, la última palabra para aprobar las cuentas públicas  la seguirán teniendo los parlamentos nacionales porque lo contrario  exigiría una reforma del Tratado. "Con las nuevas reglas, los  presupuestos nacionales los prepararán por supuesto los Gobiernos y  los votarán los parlamentos nacionales", ha dicho el presidente del  Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, en rueda de  prensa.
    No obstante, Alemania, Países Bajos o Finlandia ya han pedido ir  mucho más lejos y realizar un cambio en los Tratados para que la UE  pueda intervenir directamente en los presupuestos nacionales de los  países incumplidores, que perderían así el control de sus cuentas  públicas.
    La legislación permitirá a la Comisión y al Consejo examinar los  borradores de los presupuestos nacionales ex-ante y adoptar una  opinión sobre ellos antes de que sean aprobados por los parlamentos  nacionales.
    Si un país presenta un presupuesto que no es compatible con las  reglas comunes, la UE podrá pedir una segunda lectura del Parlamento  y también enmiendas a lo largo del ejercicio si se detectan  desviaciones respecto a los objetivos. Los países con más problemas  quedarán sometidos a una vigilancia reforzada de Bruselas. En la actualidad, este tipo de supervisión sólo se usa con los  países rescatados: Grecia, Portugal e Irlanda. Anticipando la entrada  en vigor de la nueva legislación, Italia ha aceptado ya someterse a  la vigilancia de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI),  aunque no está recibiendo asistencia financiera.
    La norma exige además que todos los países introduzcan,  preferentemente en su Constitución como ha hecho España, límites al  déficit y a la deuda. Además, obliga a basar los presupuestos en  previsiones económicas elaboradas por entidades independientes.