Etnosur | Alcalá se rinde

La marea multicultural que inundó Alcalá la Real se despidió de La Mota con “un éxito en todos los sentidos”.

20 jul 2015 / 08:38 H.

Música, talleres y actividades —más de ochenta— que van desde conferencias, proyecciones de cine, vídeo documental y narradores dejaron un buen sabor de boca entre los asistentes a los Encuentros Étnicos en la Sierra Sur —Etnosur 2015—, uno de los festivales englobados en la iniciativa Jaén en julio, que cumplió las expectativas de afluencia, de calidad y de tranquilidad —en referencia a que no ha habido ningún incidente—, aseguró el director del festival, Pedro Melguizo.

Antes del echar el cierre, Alcalá la Real se rindió a Guadalupe Plata. Con una puesta en escena sorprendente comenzó la producción propia del Etnosur 2015, Los lamentos de Guadalupe Plata, que corrió a cargo del grupo ubetense y un trío flamenco con el bailaor cordobés Daniel Navarro a la cabeza. Había mucha inquietud con esta producción, mucho secretismo y no era para menos, pues sin lugar a dudas ha sido la más arriesgada de la historia de este festival. Fue sobre las 23: 45 horas, cuando de entre el público, “aparecieron” cuatro “enterradores” con un ataúd de pino blanco que subieron hasta el escenario. De él salió la figura del bailaor David Navarro y empezó la función. Entonces, los temas de Guadalupe Plata se desparramaron por la ciudad de La Mota en cascada continua, y sobre ellos el trío flamenco empezó a darle forma a la actuación. De entre las canciones “sin fin” del grupo ubetense, los flamencos entraban y salían para darle color y calor a este “blues” sucio con tintes psicodélicos que practica la banda. En la gran noche de ritmo etnosureño hubo momentos sublimes y otros no tanto, pero nadie se arrugó y salieron adelante con mucha dignidad y con excelente profesionalidad. No defraudaron al público.

Finalmente, fueron el “reggae” y el “rap” de Barbass Sound los que pusieron el broche a esa ventana que se abre al mundo durante tres intensos días donde las raíces étnicas, culturales y solidarias fluyen en La Mota.