Eterna gratitud por unas vacaciones de ensueño
Texto: Esperanza Calzado Fotografías: Díaz Martínez
D ice el refrán que no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. En ocasiones, la vida depara tantas sorpresas, no siempre positivas, que es difícil creerse este tipo de axiomas. Pero cuando llega la hora de la verdad, hay acontecimientos que demuestran que es una realidad como un templo y que, como muchas cosas en este mundo, se evidencia que se puede sacar partido de gestos que para algunas personas son insignificantes pero que, para otras, suponen un soplo de aire fresco, un aliento de fuerza y una muestra de que la amistad, la unión familiar y la solidaridad están vivas, a pesar de recesiones económicas, de malas noticias, de estrés y de un mundo que cada vez se vuelve más egoísta.

D ice el refrán que no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. En ocasiones, la vida depara tantas sorpresas, no siempre positivas, que es difícil creerse este tipo de axiomas. Pero cuando llega la hora de la verdad, hay acontecimientos que demuestran que es una realidad como un templo y que, como muchas cosas en este mundo, se evidencia que se puede sacar partido de gestos que para algunas personas son insignificantes pero que, para otras, suponen un soplo de aire fresco, un aliento de fuerza y una muestra de que la amistad, la unión familiar y la solidaridad están vivas, a pesar de recesiones económicas, de malas noticias, de estrés y de un mundo que cada vez se vuelve más egoísta.
La familia Torres-Román experimenta, de primera mano, todas estas sensaciones y pensamientos que, a buen seguro, le darán fuerzas para encarar los tiempos venideros con un mayor aliento y esperanza.
Enrique Jesús Torres y María Matilde Román son linarenses. Se casaron en enero de 1995 y, fruto de su amor, al año siguiente nació el primero de sus hijos, Daniel Jesús, que ahora tiene dieciséis años. Su hermana, Gloria, de nueve, completa una unidad familiar muy marcada por la música. Los cuatro pertenecen al Coro y Orquesta Musicalma. El adolescente toca el violín y el resto son voces. Esta pasión, que también se hace profesión, se convierte, además, en un apoyo fundamental en los momentos difíciles por los que atraviesa este matrimonio.
Este año no pensaban marcharse a ningún sitio de vacaciones. La crisis que azota a millones de familias españolas también hace mella en ellos. María Matilde —monitora de talleres de mayores—, se quedó en paro y, además, su estado de salud era delicado. Durante este verano pensaban permanecer en Linares y pasar estos meses de la mejor forma posible. Pero casi sin querer y de manera improvisada, julio de 2012 es ya el mejor que han vivido desde que están juntos. Gracias a una antigua amiga de la familia, que también participaba en los cursos que impartía María Matilde, pudieron irse una semana a la playa. Ellas les dejó su apartamento, en Almerimar —en la zona de costa de El Ejido— a un precio “simbólico”. De esta manera, los cuatro pudieron marcharse a Almería, un destino al que ya viajaron el año pasado, y pasar unos días cerca del mar. “La mujer se portó muy bien con nosotros y se lo agradeceremos siempre”, asegura la madre, que solo destaca un aspecto negativo, pero al que le resta importancia. Sus hijos jugaban a la pelota cuando Gloria se rompió el brazo. Aparte del susto y de la escayola, este incidente no impidió que lo pasaran muy bien.
Después de una semana regresaron a Linares, cuando pensaban que las vacaciones ya se habían acabado. Pero no fue así. Dos días después, el Coro y Orquesta Musicalma los esperaba con un viaje a Málaga. Esta estancia de apenas tres jornadas resultó vital para ellos. “Fue una experiencia genial, tanto para los niños como para los mayores. Nos reunimos cuatro generaciones, cerca de cuarenta personas, y fue muy emotivo”, explica María Matilde, que siempre estará agradecida a sus compañeros. Porque ellos, junto con toda su familia y sus amigos, han estado con ella en estos momentos malos, para animarla, para levantarla cuando se caía y para ofrecerle nuevas esperanzas. Prácticamente no gastaron dinero en este destino, ya que se sufragó con lo que ingresa el coro con las actuaciones durante todo el año.
Después de estos tres días en la Costa del Sol, donde hubo tiempo para la diversión, la oración y el intercambio de experiencias, María Matilde sí tuvo claro que las vacaciones se acababan. Estaba más que satisfecha con los dos viajes, que para nada entraban en sus planes. Y se sentía muy contenta de comprobar el gran respaldo que tiene la familia y de saber que con poco dinero se puede pasar muy bien. Pero llegó el momento en el que Enrique Jesús quiso sorprender a su mujer, y lo consiguió. Ella siempre tuvo la ilusión de conocer Toledo, por lo que su esposo le regaló una miniescapada, los dos solos, sin niños. “Tenía muchas ganas de ir y la escapada fue genial, visitamos todo el centro e, incluso, nos dio tiempo a hacer una excursión nocturna”, explica María Matilde. Este destino les deparó otra gran alegría. El matrimonio tiene un amigo, desde hace once años, al que no conocen en persona. Conectaron con él por internet y, hasta este verano, solo hablaban por teléfono o de manera virtual. Es de Toledo y en estos dos días estuvo con ellos, pendiente de todo y de que no les faltase de nada.
De esta manera, la familia linarense Torres-Román culminó veinte días estivales en los que no pararon. “Pasamos de no ir a ningún sitio a prácticamente no estarnos quietos. Económicamente no fue costoso, porque aprovechamos las ocasiones que la familia y los amigos nos brindaron. Fue muy intenso, divertido y una muestra de que con poco nos lo podemos pasar muy bien”, asegura, orgullosa, la matriarca. En agosto se quedarán en Linares, donde aprovecharán algún día para ir a la piscina, pero nos les importa porque María Matilde tiene claro que este, el del año 2012, es, sin duda, el mejor que han pasado.
“Ha sido un verano muy especial. He atravesado una situación un poco complicada y me he encontrado con el apoyo de mi familia y de mis amigos. El grupo Musicalma me ha ayudado mucho, y en los momentos que me caía estaban allí para levantarme. Entre todos me han dado aire fresco, nuevas fuerzas para levantar el ánimo y mirar al futuro con más fuerza y gracias a todos estas han sido las vacaciones más especiales”. Este es el balance que hace María Matilde y sobran las palabras para dictar más valoraciones, porque con poco dice mucho y no se cansa de repetir que les está y estará eternamente agradecida.
Para el futuro, el matrimonio tiene algunos lugares en mente. Les hace ilusión viajar con sus hijos a Eurodisney, un destino que confían que puedan visitar cuando estén en mejores condiciones económicas. Solos, desearían conocer París, la Ciudad de la luz, y a buen seguro que lo harán. Pero ahora se conforman con un verano y con un año en el que, precisamente, la luz de sus familiares, de sus amigos y de sus compañeros, ha conseguido hacerlos muy felices.
Evitar los excesos alimenticios durante el verano
E l verano es la peor época del año para ponerse a dieta. De hecho, son muchos los ciudadanos que pasan meses de estricto control con la archiconocida “operación bikini” y cuando llegan las vacaciones, la abandonan. Tanto es así que durante estos meses se suele engordar entre dos y tres kilos, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Algunos consejos básicos para evitar engordar:
1Escoger bien qué es lo que se va a comer es fundamental para no ganar peso. Así, si el viajero optar por ir de tapas, es más saludable elegir raciones de contenido proteico, como ibéricos, marisco o pescado, antes que las clásicas patatas bravas o fritos con mayonesa. Pulpo a la gallega, boquerones en vinagre o sepia a la plancha son opciones muy recomendables.
2Una dieta equilibrada debe tener uno de sus pilares básicos en el desayuno. Es la comida más importante del día y, como dice el refrán: “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”. Y es que durante las vacaciones, las tentaciones que ofrecen los tradicionales bufés libres de los hoteles son complicadas de evitar. La recomendación es alimentarse por la mañana más de lo habitual, incluso con alguna salchicha o revuelto de huevos. De esta manera se aligera el resto de ingestas, principalmente la nocturna.
3Si importante es seleccionar los productos que componen la dieta durante el verano, fundamental es, también, saber escoger la bebida. La cerveza y el vino son fuente de hidratos de carbono, por lo que se recomiendan frente a otros refrescos azucarados. Si se opta por el zumo de cebada sin alcohol, la ingesta de calorías se reduce en un 40 por ciento con respecto al que sí tiene. Aunque parezcan detalles nimios, a final de mes se nota.
4Uno de los aspectos que más se descuidan durante la época estival es, sin duda, el ejercicio físico. Acostumbrados a una vida sedentaria en la oficina, no hace falta pasarse las vacaciones encerrados en el gimnasio o saliendo a correr. Bastará con dar paseos por la playa, nadar en la piscina o jugar a las palas para aumentar la actividad física diaria.
5Lejos de lo que dicen los tópicos, la costumbre española de la siesta es muy positiva. Como premio a la actividad matutina, después de comer y aprovechando las horas más peligrosas de exposición solar, es recomendable descansar un poco.
6Para guardar la línea es necesario planificar las comidas, de manera que se incluya un tentempié a media mañana y una merienda. En lugar de escoger una bolsa de patatas fritas del chiringuito es mejor decantarse por una pieza de fruta y algo de fiambre bajo en grasa para “matar el gusanillo”. De esta manera se llegará a la cena con más apetito.
7Verano es sinónimo de helados, un alimento dulce y que ayuda a combatir el calor. Para evitar las grasas es mucho mejor realizarlos de forma casera, comprar los moldes, rellenar con yogur cero por ciento y leche semidesnatada y metiéndolos en el congelador.