Estos nos roban el alma
Cuando las hienas del poder se empeñan, por encima de todo, en imponer su terrible ruin sistema se alejan de las personas empujándolas por el precipicio de la enrevesada desesperación frustrante que despierta el horrible deseo del macabro suicidio individualizado que todo hombre encierra bajo la piel cuando la oscuridad insondable tapia cualquier salida.
Aquellos de traje de alta sastrería y caros perfumes, que rodean sus muñecas con Rolex de oro, desde la lejanía, valiéndose de sus esbirros, nos apalearán, nos multarán y nos encarcelarán: Fuera las reuniones, las concentraciones y hasta las manifestaciones. Con el beneplácito de unos gobiernos traidores carentes de humanismo y mandados por unos pestilentes personajes que son arenas movedizas siempre hacia abajo: nos van a dejar convertidos en auténticos títeres sin cabeza, sin más movimiento que el que esta gran troupe de inhumanos desvergonzados quieran. Si no reaccionamos desde una no violenta lucha combativa: Estos nos roban el alma, nos arrancan el cerebro y nos dejan sin conciencia y sin voluntad. Todos zombis; nos colocan un chips y con unas leyes que ilegítimamente sólo ellos deciden se blindan, se convierten en los intocables y nos mueven cómo y por dónde quieran. Estamos en máxima alerta, ante una brutal y estudiada invasión de nuestros derechos universales que, si no lo paramos, minuciosamente aniquilará a la humanidad que conocemos dando paso a un mundo de tumbados y muertos vivientes en donde las hienas del poder, pacientemente, dosificarán la carroña que vagamente aliviará el ansia insaciable de ese superfluo devoramiento que hemos vivido de forma engañada.
José María Hermoso
Comerciante