¡Esto va viento en popa!

Cuando un gobernante se empeña en ver las cifras macroeconómicas como el indicador de la salida de la crisis, pueden ocurrir dos cosas, o que es imbécil, o que pretende tomarnos por ello a todos. Si a ese uno se suma todo el gabinete con Rajoy a la cabeza, esto se convierte en estrategia Arriola, convertir la repetición sistemática en verdad y dogma de fe. Sin ser ni economista ni tener grandes conocimientos académicos sobre ello, cualquier español de a pie, cuanto menos se queda estupefacto ante tal afirmación.

    10 ago 2014 / 22:00 H.

    El problema ya no es solo lo 5 millones de demandantes de empleo. Hoy, en pleno siglo XXI, en esta España nuestra, el 60% de los que trabajan también son pobres. Entre reformas laborales, del PP, y también del PSOE, conviene no olvidarlo, los empleos son precarios, mal remunerados y, en muchos casos, con condiciones de trabajo en fraude de Ley. Queda bien salir a la palestra en horario de máxima audiencia televisiva diciendo que ha disminuido el paro. Lo que un gobernante serio, que piense en sus ciudadanos, debe decir es la verdad. Y la verdad sale de los datos, por mucho que quieran enmascararlos. En España hemos perdido medio millón de población activa, perdemos personal en la enseñanza, la sanidad y los servicios asistenciales; por el contrario ganamos camareros y trabajadores eventuales del campo. Con toda la dignidad y el respeto que me merecen ambos colectivos, no debería ser ese el camino primordial. En román paladino, disminuyen los datos del paro con contratos de muy baja calificación, precarios y tan míseros que en muchos casos no compensan los gastos que deriva dicho empleo. Y lo que es peor, el modelo productivo que quiere implantar la derecha se basa en unos cimientos de mano de obra sin cualificar, barata y casi esclava, que mantengan un palacete donde unos pocos vivan como sultanes. Lo que no han calibrado es el futuro a muy corto plazo. Cuando el consumo siga cayendo en picado, entre la falta de ingresos de quien está parado y los pírricos de los que trabajan, ¿cuál será el futuro del tejido empresarial? ¿Qué dice la CEOE ?