Esto no tiene arreglo

Definitivamente esto no tiene arreglo, ni remedio o indicio que augure por algún agujerito un rayo de luz. Esta sociedad desestructurada se ha convertido en una piltrafa, una caricatura que destaca sólo facetas exageradas del personaje. Hemos llegado a un sistema de monstruos, personas odiosas que van a lo suyo, vínculos sociales destruidos en beneficio de lo propio, egos como catedrales Patrimonio de la Humanidad, época de manías, caprichos, comparaciones ridículas, envidias insanas, caridad entendida como solidaridad, complejos no superados, malos modos y peores hábitos. El capitalismo tardío no ofrece felicidad sino deseo e insatisfacción, se transforma para sobrevivir, cambia para perpetuarse, y los comportamientos individuales se adaptan a sus isobaras de inestabilidad emocional. Los sentimientos cambian y el consumismo los ha manipulado sin ningún tipo de moral o mínimo de ética, sin compromiso ni lealtad hacia el otro. Todo depende de nuestra comodidad, es cierto, pero hasta dónde nuestra comodidad está reñida con la del de al lado. ¿Alguna vez tuvieron solidez los valores humanos, o no fueron más que otra proyección de Dios y nuestras ansias metafísicas? Una fórmula lo explica meridianamente: donde ayer te dije digo, hoy digo Diego. No existe nada más allá de las latas de cerveza que traen de no sé qué país remoto, tiradas de precio y que ahora compro en el súper, y aunque en la cola le pida por favor a la persona de delante, con sus tres carrillos a rebosar, si me deja pasar primero, no me dejará. Menos mal que nadie pasa dos veces por la misma caja registradora. O sea que no valen parches ni reformas. Desaparecerá el hombre de la faz de la tierra y dentro de millones de años, si se desarrollara otra especie racional, quizás enderece esto y lo convierta en un espacio habitable.
Porque vivimos en la antipatía, la incomunicación, la pérdida irremediable de lo que una vez se llamó sentido común. Lógica. Sentido. Y por ahí vamos, cada vez más hacia el absurdo, caminando hacia ese lugar llamado absurdo, que algún día, muy pronto, alcanzaremos.

    04 sep 2014 / 10:47 H.