ESTHER CEBALLOS UREÑA. "Aún no se le presta la atención necesaria a nuestra boca"
CONCHI SÁNCHEZ
Los ojos de Esther denotan cercanía y calidez. Al encontrarnos para la entrevista, la conversación fluye de una manera sencilla y agradable. Efectivamente, es la sensación que me causó en el primer momento. Nace en Jaén, donde están su familia y sus amigos. Como ella dice: “Mi gente y mis raíces”. Guarda sus mejores recuerdos infantiles jugando en los alrededores de la iglesia de San Félix y en la casa de campo, donde pasaba los veranos. Hoy, tiene su propia clínica dental en Córdoba, ciudad de la que se siente enamorada.

Los ojos de Esther denotan cercanía y calidez. Al encontrarnos para la entrevista, la conversación fluye de una manera sencilla y agradable. Efectivamente, es la sensación que me causó en el primer momento. Nace en Jaén, donde están su familia y sus amigos. Como ella dice: “Mi gente y mis raíces”. Guarda sus mejores recuerdos infantiles jugando en los alrededores de la iglesia de San Félix y en la casa de campo, donde pasaba los veranos. Hoy, tiene su propia clínica dental en Córdoba, ciudad de la que se siente enamorada.
—¿La Odontología es una rama de la Medicina?
—No es una rama de la Medicina. Es una licenciatura dentro de Ciencias de la Salud. Sí es cierto que comparte conocimientos con esa disciplina.
—¿Cuál es el campo de acción de un odontólogo?
—El campo de acción es la prevención de las enfermedades bucodentales. En caso de aparecer un proceso patológico, debemos subsanarlo mediante el tratamiento necesario. El aparato bucal es un órgano de vital importancia y del que aún no somos demasiado conscientes de ello. Los trastornos funcionales siempre deben ser tratados de forma adecuada por un odontólogo, el único profesional que cuenta con la formación especializada.
—Tradicionalmente, se ha considerado al dentista uno de los profesionales médicos más temidos. ¿Podría señalar algunas claves para superarlo?
—Ante todo, el paciente tiene tanto temor que espera hasta las últimas consecuencias para acudir al dentista. Eso hace que el tratamiento sea más costoso y complicado. Las técnicas de la odontología moderna han ayudado a superar viejos tópicos, así como la mutua confianza entre odontólogo-paciente. La clave consiste en concienciar al ciudadano para que acuda al dentista simplemente como una revisión rutinaria. A veces, una infusión tranquilizante antes de la consulta va bien. Y alguna maniobra de distracción por parte del profesional de la clínica ayuda a controlar ese temor inicial.
—¿Qué especialidades odontológicas son las más demandadas?
—La odontología general es la más usual y la más importante. Eso implica el saneamiento general, como: extracciones dentales, obturaciones (empastes) e higienes dentales. Pero, hoy en día, está ganando mucho terreno el gusto por la estética, favoreciendo la demanda de ortodoncia. Y la implantología aporta una avanzada innovación en la cirugía dental y maxilofacial.
—Cuando paseamos por cualquier ciudad, observamos bastantes clínicas dentales. ¿Se debe a que ahora estamos más preocupados por nuestra salud bucodental?
—Sí, es cierto que nos preocupamos algo más por nuestra salud bucodental, pero todavía no estamos demasiado concienciados. Queda mucho camino aún para que le prestemos la atención necesaria a nuestra boca.
—¿Qué problemas más frecuentes se plantean cuando el paciente es un niño?
—Ante todo, la actitud temerosa frente al dentista, quizás influenciados por los propios padres que, en ocasiones, dificultan la buena relación niño-dentista desde su afán paternalista. El odontólogo debe esforzarse en que la visita y la atención del menor resulten positivas y gratas para ellos. Otro agravante es la ingesta incontrolada de azúcares o golosinas, que ayudan a favorecer la aparición de caries.
—¿Cómo han influido las campañas en los colegios sobre la higiene bucodental?
—Influyen lentamente. Todavía hay un sector de la población que le presta poca importancia al estado dental de sus hijos, a veces, amparándose en el factor económico y otras por falta de hábitos en el propio seno de la familia. Problemas con repercusiones posteriores en el paciente adulto. Personalmente, creo que se debería hacer más hincapié impartiendo programas informativos a los padres, para que tomen una mayor conciencia y, de esta forma, ayudar a solventar los problemas que puedan aparecer.
—¿Por qué es importante realizar un tratamiento de ortodoncia?
—Es esencial para corregir las maloclusiones (dientes mal posicionados que dificultan la higiene) y los problemas posteriores que pueden originar en la articulación temporomandibular (la zona ósea que permite que abramos y cerremos correctamente la boca), además de una cuestión estética, tan importante en estos tiempos.
—¿Cuál es la edad para iniciar este tipo de tratamiento?
—Depende del tipo de problema al que nos enfrentemos. Se puede iniciar desde los 7 años o una vez finalizado el recambio dentario, es decir, a partir de los 12 o 14 años.
—¿Es efectiva la ortodoncia en adultos?
—Por supuesto. Quizás sea un proceso más lento, pero es igual de efectiva.
—¿Por qué causas suelen acudir los pacientes a tratamientos con fines estéticos?
—En los últimos años, la mayoría de los pacientes acuden por estética, pidiendo un tratamiento blanqueante. Existe mucha publicidad engañosa, queriendo imitar a personajes públicos. En muchos casos, el problema no se soluciona únicamente con este procedimiento, sino que hay que recurrir a otro tipo de tratamientos, como pueden ser carillas o coronas de porcelana.
—¿Podemos considerar la odontología estética una frivolidad?
—No creo que se trate de una frivolidad. En unas ocasiones, se intenta conseguir una calidad de vida y un bienestar para lograr una mejor integración en una sociedad cada vez más exigente y preocupada con la imagen personal. Y, en otras, el paciente busca su propia satisfacción personal que logra con una buena funcionalidad y estética oral.
—¿Se debe consultar al dentista el sangrado de las encías?
—Siempre. Si sangran las encías es porque existe un problema. Puede ser leve, como una inflamación por estrés, un embarazo o un mal hábito higiénico. O algo más agudo, como una gingivitis crónica que ayuda a la aparición posterior de enfermedad periodontal (piorrea) con la consecuente pérdida de hueso y movilidad dental.
—¿Qué importancia tiene el uso del colutorio en la higiene de la boca?
—El enjuague bucal siempre ha de usarse como complemento al cepillado. Es decir, después de cepillarnos tres veces al día, posteriormente usaremos el colutorio en caso necesario. Sin abusar excesivamente, puesto que algunos de ellos, en ocasiones, suelen incluir productos que favorecen la tinción dental.
—Enfermedades bucales y alimentación, ¿qué relación tienen?
—La falta de vitamina C y una deficiente alimentación en frutas y verduras está directamente relacionada con la aparición de enfermedades como la piorrea. La deficiencia en calcio, o tanto el exceso como defecto en flúor, está estrechamente ligado a defectos en el esmalte en los dientes. Y un factor coadyuvante muy importante es el hábito tabáquico, que favorece la aparición de tumores orales y enfermedades periodontales.
—¿Qué no se ha de hacer nunca?
—Descuidar la higiene y el uso incorrecto de los dientes para fines diferentes a su función, entre otros. Y por supuesto, acudir a la consulta dental con demasiada demora.