Estar en paro no es estar parados

Cuando algo me llama mucho la atención se me queda grabado en el disco duro para siempre. En una ocasión leí una pequeña semblanza sobre los comienzos de un matrimonio en el mundo de la empresa. Él repartía camisas con una bicicleta vieja y ella cosía para la misma casa. Podían haberse conformado con vivir dignamente, pero decidieron poner la moda al alcance de todos haciendo las prendas que usaba la alta sociedad a precios asequibles. En todos los hogares había batas de boatiné en azul o rosa.

    10 ago 2012 / 11:46 H.

    Muy poca gente las asociará con  Amancio Ortega y su mujer, Rosalía. Él, el tercer hombre más rico del mundo; ella, la segunda fortuna de España. A los dos me los imagino hoy por hoy en el paro, pero no parados. El tiempo que se está sin trabajo, sobre todo los jóvenes, debe dedicarse al estudio y a prepararse para coger el primer tren que pase. Hay que colaborar con la familia para que descansen los que afortunadamente vienen de trabajar. Lo que no se debe permitir es que vivan de noche y duerman de día porque no tienen nada que hacer. Todos debemos tener obligaciones; el ocio continuado puede llevarnos a una inercia de la que se debe huir para ver el futuro con un poco de claridad. La historia del principio la he puesto de ejemplo, no por el final que ha tenido, sino como modelo de que el trabajo y el esfuerzo nos pueden llevar a conseguir la meta que nos hayamos propuesto. Mi admiración por todos los luchadores.
    Maestra