Estallido de fe al paso de la Divina Pastora
Rebosantes de fe, de ilusión y de ganas de estar junto a su venerada imagen. Así pasaron la jornada los miembros de la Archicofradía de la Divina Pastora de las Almas de Jaén. El desayuno de hermandad fue solo el preludio de una “fiesta muy tradicional, de carácter plenamente familiar”, como señaló José Enrique Solas, secretario de la cofradía, donde participó una “multitud de hermanos” poco habitual en tiempos de Gloria. “En la basílica menor de San Ildefonso no cabía un alfiler para la fiesta principal”, señaló Solas, que resaltó, del mismo modo, el revoloteo de banderas que hubo a continuación, con una “participación extraordinaria”, en la plaza del barrio. El jurado elegido por la junta de gobierno premió, en primer lugar, a Francisco José Martínez Romero, por su “don natural” y “temperamento” en el manejo de la bandera.
Llegó, entonces, el turno de la comida, donde se reunieron unas ciento cincuenta personas. Muchas más, desde luego, acudieron, horas más tarde, a la procesión de la Divina Pastora. El desfile de este año contó con importantes novedades. El recorrido, por una parte, se tuvo que adaptar a circunstancias especiales, como las obras de remodelación en La Alameda, lo que desplazó el itinerario del barrio de San Ildefonso y lo acercó al entorno de la Catedral, como ya pasó en 2013, por el Año de la Fe. Además se estrenó una reproducción en miniatura de la Virgen, obra del imaginero marteño José María Bonilla, que lució la hermana mayor de fiestas, Rocío Martínez, en el cetro. También, el capataz sevillano Mariano Falcón dirigió el paso de la Pastora de Almas durante algunos tramos del desfile.