Esta es la guerra

Estamos viviendo unos años críticos de la que me arriesgo a llamar Tercera Guerra Mundial. Desde que cayeron las torres gemelas de Nueva York todos intuimos que el mundo sería ya otro. De hecho, la caída del muro de Berlín en el 1989 fue definitiva para el establecimiento de un nuevo orden mundial en el que el enemigo comunista pronto fue sustituido por el enemigo terrorista.

    27 ago 2012 / 14:37 H.

    Convertida la Europa del Este en un gran semillero de mafias y habiendo descubierto los habitantes de la utopía comunista rota que Occidente no era lo que le creían, solo pudieron vivir esta otra pesadilla, ahora capitalista, llena de injusticias y miserias. Las dos guerras del Golfo nos enseñaron cómo en nombre de la paz y la justicia se exterminaban masas de población civil que solo quería vivir en paz. Pero no fue suficiente, han pasado años para que el neoliberalismo sienta que tiene la fuerza y los medios para hacerse con la mayor parte del planeta y no hay nadie que le pueda (o quiera) hacer frente. De las hipotecas basura a la destrucción de países del sur de Europa  hemos pasado en muy poco tiempo y envueltos en una sarta de escándalos de corrupción y términos económicos que a veces pretenden que las gentes de a pie se sientan responsables. ¿Responsables de qué? No habríamos podido crear este estado de depresión general ni queriendo, porque no tenemos medios, porque no tenemos los conocimientos necesarios ni la complicidad del poder, que nos aplasta como cucarachas con solo querer salir a la calle a expresar nuestro descontento. Pero ya vamos entendiendo que, o revolución, o nada. La Troika, que está en algún lugar de España haciendo inventario mientras escribo esto, también lo sabe.

    Genara Pulido es profesora de universidad