Especies que eligen la ciudad como hábitat
Pepi Galera
El medio urbano es un gran ecosistema artificial que el hombre ha construido para sí mismo, perfeccionándolo durante siglos para hacerlo cómodo y habitable. Cemento, asfalto, hierro y ladrillos son los materiales básicos de este peculiar entorno donde el ser humano desarrolla su vida. Edificios, coches, farolas e industrias son algunos de los componentes del paisaje urbano, en el que parece que no hay sitio para la vida silvestre.

El medio urbano es un gran ecosistema artificial que el hombre ha construido para sí mismo, perfeccionándolo durante siglos para hacerlo cómodo y habitable. Cemento, asfalto, hierro y ladrillos son los materiales básicos de este peculiar entorno donde el ser humano desarrolla su vida. Edificios, coches, farolas e industrias son algunos de los componentes del paisaje urbano, en el que parece que no hay sitio para la vida silvestre.
Este medio es muy diferente a cualquier ecosistema natural y, sin embargo, atrae a un buen número de especies animales que se han adaptado a vivir en estas condiciones creadas por el hombre y han hecho de la ciudad su particular “hogar”. Buscan, sobre todo, comida y refugio, ya que las urbes son una fuente inagotable de recursos alimenticios en forma de basura y desperdicios que son aprovechados por muchos animales. También son lugares con escasez de predadores naturales y con infinidad de huecos o refugios para dormir y reproducirse con tranquilidad. Los parques y jardines de las ciudades también albergan numerosas especies, incluso algunas no habituales del medio urbano, como ciertas mariposas, algunos reptiles y aves. “Jaén es una ciudad que, por su entorno, es bastante rural, lo que permite que se puedan encontrar muchas especies de animales. A medio camino entre la Campiña y la Sierra, permite ver especies que viven en ambos hábitats”, explica Javier Moreno, coordinador de la Agenda 21 del Ayuntamiento de Jaén.
Algunas especies han acompañado al hombre a través de su colonización de los espacios urbanos. Caso como este es una de las especies más características, que ya es casi un símbolo para la ciudad de Jaén, el cernícalo primilla, que aprovecha algunos de los edificios más representativos de la capital para anidar, como son la Catedral y el Palacio de Villadormpardo. Esta ave migratoria llega a Andalucía alrededor del mes de febrero y busca un nido para la reproducción en tejas árabes, desaguaderos, ventanas y gárgolas de edificios históricos, por lo que su continuidad es la base de la supervivencia de la especie. En este sentido, fruto de la colaboración entre distintas administraciones, se establecieron acuerdos de cooperación en diferentes municipios para preservar los hábitats de esta especie. Un ejemplo de ello son las labores de conservación de las poblaciones de cernícalo primilla en la Catedral de Jaén. Las tareas de arreglo de la cubierta del monumental edificio se hicieron de acuerdo con las premisas de conservación del ave. “Hace apenas unos meses, se instalaron nidos en la torre de la iglesia de la Merced, para que la población de esta ave aumente”, señala Moreno. Pero el cernícalo primilla no es la única especie que se puede ver en el cielo de Jaén. Entre las cincuenta y seis especies, están los más frecuentes como las palomas, golondrinas y gorriones, pero también otras como vencejos y lechuzas. Sin embargo, otras de las más comunes de los paisajes urbanos ha sido siempre la cigüeña, de la que en la capital ya no se pueden ver ejemplares. “Nidifican en Las Infantas”, matiza.
Además de las aves, en Jaén, al igual que en la mayoría de las zonas urbanas, hay algunos otros animales muy habituales, aunque menos queridos, como roedores o cucarachas y otros pocos conocidos y menos frecuentes como murciélagos y reptiles. Sin embargo, estos dos tipos de animales, curiosamente, son muy frecuentes en la capital del Santo Reino. “Tres de los doce mamíferos contabilizados en Jaén son murciélagos. Una de ellas es el enano —famosos porque son los que se “cuelan” en los pisos del Gran Eje—. Estos animales son inofesivos y prestan una gran ayuda al ser humano, puesto que se comen a los insectos. Sin ellos, sería casi inimaginable los millones de euros que habría que invertir para controlar las plagas”, defiende Moreno. De hecho, estas especies están muy protegidas.
En cuanto a los reptiles, Jaén también tiene la peculiaridad de dar cobijo a los lagartos ocelados, una especie bastante grande y con colores muy llamativos, que vive en los alrededores de la capital. Además, según apunta el especialista, hay otras tres especies de lagartijas, tres de pequeñas culebras y dos de salamanquesas. Estas últimas, en los meses más calurosos, se mueven por las fachadas de los edificios y, al igual que los murciélagos, cumplen una importante labor de “insecticidas” naturales. Estos pequeños “lagartos” nocturnos, que andan por las paredes y techos ayudándose de unos dedos como ventosas, acuden por la noche a los puntos de luz atraídas por la acumulación de insectos de los que se alimentan.
Las inmediaciones de la capital también tienen como peculiaridad dar cobijo a una especie endémica de la Sierra de Gádor, en Almería, la Sierra de Elvira de Granada y la Sierra de Jaén. Se trata del caracol “Iberus gualterianus”, una especie protegida por la que se está trabajando para que se amplíe su población. “Es una rareza y un motivo de orgullo para nosotros”, afirma Javier Moreno.
En otras ciudades españolas, se han elaborado recientemente estudios sobre las especies que conviven con el ser humano. Por ejemplo, en Sevilla, la Asociación Hombre y Territorio ha contabilizado más de 150 especies sólo de aves, una cifra similar a la que llegaron los técnicos de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona. En Madrid, por su parte, desde 1992, se han anillado sólo en el Parque Oeste más de cinco mil ejemplares de 49 especies diferentes. Una cifra que aún está por debajo de las que Ecologistas en Acción contabilizó hace ya una década en Jaén. Cincuenta seis especies que se pueden ver habitualmente por Jaén y sus alrededores. Esto, según Javier Moreno, sin contar las migratorias, que se viajan a finales del verano y principios de la primavera. “Jaén se encuentra dentro de las rutas migratorias y no es raro poder ver especies como el milano o el águila perdicera”, señala. “El autillo es, por ejemplo, un ave rapaz nocturna, como los mochuelos, que viene de África y se puede ver en el Parque de La Alameda”, destaca. De la misma forma, es común ver en la Vía Verde individuos de mochuelos. De hábitos nocturnos son también dos de los mamíferos que se pueden ver en el entorno de la capital, los zorros y la garduña. “Los primeros se pueden encontrar por la zona norte y, en el caso de la garduña, por la zona del Castillo. Son animales de hábitos nocturnos, por lo que es difícil verlos; aún así, se relacionan con el entorno urbano”, señala.
La Concejalía de Medio Ambiente está recopilando información para actualizar una guía que ya realizó, en 1999, Ecologistas en Acción. “Esperamos que esté lista para principios de verano”, finaliza Javier Moreno.