Especies en espacios no protegidos

Un “gran tesoro” se esconde en uno de los pocos humedales que quedan en la provincia. La laguna del Hituelo se halla a unos kilómetros del casco urbano de Martos y en ella conviven, en ciertas épocas del año, especies que hacen que la zona se pueda asemejar más a Doñana o a cualquier espacio protegido que a un humedal rodeado de olivos.

21 jul 2014 / 22:00 H.

Francisco Javier Pulpillo Ramírez, miembro de la Sociedad Española de Ornitología (SEO), indicó que se trata de una laguna endorreica, es decir, que el aporte de agua que tiene es por la lluvia, y que tiene bastante relevancia. “En época de primavera-verano se pueden ver carriceros, y son importantes otras especies que van a alimentarse allí, como el flamenco o la focha común. También la malvasía, aunque algo menos. Y en el Hituelo, además, está la gallineta y el porrón común, y es relevante la población que hay de aguiluchos lagunero y cenizo”, resaltó

Animales como la focha común, la gallineta o el aguilucho nidifican allí, en el humedal. La malvasía acude al término de Martos para buscar alimento y cría en otras lagunas que se encuentran a unos sesenta kilómetros. Y entre la fauna que se puede encontrar en el lugar, también está el martín pescador, un ave de gran belleza. Sin embargo, lo que más llama la atención de los pocos marteños que conocen la laguna del Hituelo son los flamencos, unas aves hermosas que llegan durante esta época a Martos. “En el verano se pueden ver durante algunas semanas. Vienen de criar de la laguna de Fuente Piedra (Málaga) e incluso del Parque Nacional de Doñana”, manifestó. Después, los pollos se dividen por distintas lagunas de Andalucía. Buscan las “condiciones favorables” para alimentarse y observan que Martos es uno de los lugares que reúnen todos los requisitos. Los flamencos llenan, cada verano, de belleza el humedal del Hituelo.

Por otro lado, Pulpillo lamentó que la fauna existente en la provincia no termina de ponerse en valor. “Las especies están desprotegidas. Por poner un ejemplo: llega un agricultor y mete la bomba para sacar agua para curar, y se introducen elementos contaminantes. Hay una pasividad total y una falta de sensibilización”, aseguró. Algo contra lo que es “difícil luchar”, según este ecologista.