Españoles emprendedores por el mundo

Miguel Pérez Luque / Desde Martos. Recordar el camino andado de aquellos emprendedores autónomos de los años 50 y 60 del siglo pasado, entre los cuales me encuentro a esta edad tan avanzada, en la que lo último que desearía es al menos la conservación del bienestar conseguido desde aquellas miserias hasta nuestro relevo. Más de dos generaciones después en la plena crisis que en España vivimos. Dimos a nuestros hijos lo que nuestros padres no pudieron.

    11 mar 2013 / 12:45 H.

    En muchos casos ni una preparación cultural para optar a algún cargo público o civil con alguna graduación. Nuestros hijos lo hicieron con nuestros nietos y en la actualidad una generación preparada cuyos talentos ya están y seguirán emigrando a otros países para desarrollar su intelecto que nosotros hemos pagado disfrutando, porque a trancas y barrancas como siempre fue, íbamos progresando entre frenazos y otro empujón hacia delante. Aquellos emprendedores viajábamos con más o menos problemas pero sin dar marcha atrás, pagando intereses a más del 20% pero a corto plazo. Hoy con la marcha atrás es muy difícil caminar, de la alhacena y lumbre de las antiguas cocinas caseras, al frigorífico y gas se ha llegado gustosamente, pero cortar el gas y abandonar el frigorífico, a esta generación le es imposible regresar. Visto lo que hoy se vive en este país que se llama España casi a todo confort en infraestructuras, AVE, autovías, hostelería, aeropuertos sin estrenar, grandes estadios de deportes y tantas otras cosas que hicimos aquellos antiguos emprendedores que nos han llevado a colapsar desde hace algunos años a nuestros descendientes al relevarnos. Las infraestructuras según la profesión de cada pequeño empresario, hoy casi todas aparcadas y obsoletas. Equipos humanos bien cualificados en el mejor hacer de sus tareas al no tener para emplearlos han de enviarse al paro y sin dinero previsto al menos para conservar lo que se hizo. Cada día irán menos al desempleo porque habrá menos empleados, y aquellos antiguos autónomos y pequeños emprendedores, si fuimos algunos a Suiza, habrá sido o será en viajes programados o por el Imserso con el dinero justo para regresar con algún regalillo de poca monta y nuestros descendientes lo harán a buscar el empleo que aquí no tienen y como casi todo empresario resiste con esperanzas de mejora, termina a lo mejor desprendiéndose de un patrimonio que pudo haber ganado en otros negocios. Fuimos esclavos de nuestra propia obra, tristes hoy con la actual situación de nuestros descendientes que no tienen donde emplear esas infraestructuras, y las plantillas de trabajadores con derechos contraídos y unas empresas que no tienen donde mandarlos para que rindan con sus obligaciones en el trabajo, excesiva tardanza en el cobro de algunos organismos que entre empresa y trabajadores están padeciendo. ¿Y hasta cuándo?