España versus Venezuela
Jamás hubiera creído que en España podíamos acercarnos al bolivarismo descontrolado y cruel de Venezuela, ese hermano y sufrido país que le cuesta liberarse de sus ataduras lo que ningún lector pueda llegar a imaginar. Y en el nuestro estamos en serio peligro de caer en ello. Con palabras del mismo Simón Bolívar os diré que “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”. Los recelosos seguidores de Maduro, unidos al “ansia” de poder del decadente PSOE, forman un coctel explosivo que nos puede llevar a una terrible catástrofe. Y no dudes en pensar que los votos con que obsequies a Podemos, serán para el PSOE y viceversa.
Tenemos unas elecciones generales a la vuelta de la esquina; las encuestas nos muestran que todavía quedan algunos de esos ignorantes que refería anteriormente, y que conceden su confianza a los asesores políticos del sátrapa Maduro, es decir a Podemos. Comprendo la desesperación de muchos ciudadanos por la situación laboral que sufren, y el estado de ruina de su familia. Pero esa desesperación no debe llevarles a lanzarse por el precipicio, y allí empujarnos a todos. El lamentable estado económico y laboral que nos dejó Zapatero, muy lentamente y con mucho esfuerzo de los españoles, se empieza a superar.
El peine que te quieren vender los charlatanes de feria, se romperá al primer paso por tu cabello. La gloria que te prometen, no irá más allá de tu imaginación. El Estado de Bienestar que disfrutamos, aunque con socavones, se acabaría a poco de que estos políticos sin escrúpulos tomasen el timón de nuestra nave. Por favor, los experimentos con gaseosa.
Pablo D. Escolar
Tenemos unas elecciones generales a la vuelta de la esquina; las encuestas nos muestran que todavía quedan algunos de esos ignorantes que refería anteriormente, y que conceden su confianza a los asesores políticos del sátrapa Maduro, es decir a Podemos. Comprendo la desesperación de muchos ciudadanos por la situación laboral que sufren, y el estado de ruina de su familia. Pero esa desesperación no debe llevarles a lanzarse por el precipicio, y allí empujarnos a todos. El lamentable estado económico y laboral que nos dejó Zapatero, muy lentamente y con mucho esfuerzo de los españoles, se empieza a superar.