25 may 2014 / 22:00 H.
Esta semana tuve la oportunidad de participar, en la fase final de la Tercera Convocatoria del Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol. Los equipos representantes de los 18 proyectos finalistas nos reunimos en el Centro de Tecnología de Repsol (Móstoles). Competimos con proyectos relacionados con la eficiencia energética. En total seríamos cincuenta personas, casi todas de perfil muy técnico, procedentes –mayoritariamente- de la universidad o de centros de investigación. Se oía hablar en diferentes lenguas, porque los concurrentes procedían de toda la geografía española y de algunos países de Europa y América. Tres líderes de proyectos éramos andaluces, aunque sólo uno asentado en nuestra tierra. La convocatoria nos permitió conocer, a lo largo de los dos días de duración, los diferentes proyectos finalistas. Estoy convencido de que el preparado por nuestro equipo es un proyecto excelente, pero me llamó la atención el nivel de originalidad y novedad que todos ellos aportaban. En la mayor parte de los casos estaban avalados por patentes. Esa oportunidad de conocer de modo cercano a la competencia, fue como una bocanada de aire fresco, que me permitió ver las posibilidades que, en el campo industrial y, más concretamente, en el energético, tenemos en España. No nos faltan ideas ni ganas de ponerlas en marcha, y pienso que de esa manera España puede despegar y superar definitivamente esta crisis, que afecta especialmente al sector de la energía. Vayan para todos ellos mis mejores deseos de éxito.