España no es país para pusilánimes.

Hace unos días en Fresnedilla de la Oliva, un municipio de Madrid, el Ayuntamiento ha arrasado un pequeño huerto escolar porque el centro carecía del correspondiente permiso para hacerlo. Veinticinco metros cuadrados tenía la monstruosidad perpetrada por niños, padres y maestros con el acuerdo del Consejo Escolar.

    22 may 2013 / 17:13 H.

    A su director le han caído, por lo pronto, 12.000 euros de multa. Si no fuera porque es verdad, daría risa. Sí un magnífico chiste en la comunidad autónoma donde se va a construir Eurovegas, donde se va a modificar todo lo que al inversionista se le antoje para que el proyecto “sea viable”, especialmente en materia de desprotección a los trabajadores y en beneficio de la laxitud necesaria para el ejercicio de tan beatíficas actividades. Cientos de miles de metros cuadrados. Ocurre, además, en el mismo país en el que se va a modificar la Ley de Costas para consolidar decenas de miles de viviendas en situación irregular y reducir la franja de protección de cien a veinte metros desde la línea del agua. Es decir millones de metros cuadrados desprotegidos. Para qué seguir. Este no es un país para pusilánimes, porque hay que tener un “buen par” para aguantar lo que estamos aguantando. Caiga todo el peso de la ley y el rigor de la Administración sobre los niños, padres y maestros de Fresnedilla de la Oliva y ejemplifíquese con ellos. Y, mientras, Rouco se frota las manos por la vuelta de la religión a las aulas como materia evaluable. Y hay quien critica, incluso, la tibieza de Wert por no haber instaurado la Formación del Espíritu Nacional, total ¡una vez puestos! A veces me pregunto ¿cómo es posible que en tan solo unos pocos meses hayamos retrocedido tanto? El exilio exterior no es una opción. El interior tampoco. Ante la reacción solo cabe acción. 

    Empresario
    Francisco Zamora