España: ¡un polvorín!
Damián Martínez Aguilar desde Jaén. Muchas eran las ganas y prisas que Mariano Rajoy tenía por llegar a ser presidente del gobierno y ocupar el sillón de la Moncloa, pues tanto él como su 'gran equipo' disponían de esa varita mágica para sacar a España de la crisis en que nos había dejado Rodríguez Zapatero y llegando como salvadores.
Los diez millones largos que lo votaron entre afiliados y simpatizantes pasados unos meses son los mismos que ahora dicen estar defraudados y engañados, máxime cuando una gran mayoría están pasando “más hambre que un caracol pegado a un cristal”, incluso se atreven a asistir a las manifestaciones escondidos entre los demás, incluso teniendo que escuchar de boca de una diputada de su partido frases como “¡qué se jodan!”, muy bonito, maravilloso, lleva razón, ella no tiene problema de liquidez con una nómina de 6.000 euros largos cada mes de paga; el parado, si tiene problemas con llegar a los primeros días de mes si es que llega, no puede comer, no puede pagar la hipoteca, no puede pagar los medicamentos, su familia rota, en definitiva no tiene para nada y todo como consecuencia de tantos recortes y tantas mentiras como expulsa este gobierno por su boca. Todos los españoles sabemos cómo llegó el presidente del Gobierno, lo hizo con un programa cargado de engaños, de falsedades, de promesas que nadie se creía, salvo quienes querían un cambio y sus fieles seguidores, pero que ni tan siquiera él fue capaz de explicárnoslo, y no lo hizo porque no había programa, no había nada, solo tenía en mente una cosa: barrer a los pobres de un plumazo y que se murieran de hambre, que nos explique el presidente de los españoles cómo pagamos tanto recorte y tanta subida de impuestos, que nos lo explique.
Pensaba que los odios se habían terminado y de nuevo han florecido, pero no para los más pudientes, es por ello que estamos sufriendo las iras de una derecha rancia y vengativa y que solamente sabe decir a la hora de tomar decisiones que debe hacerlo como consecuencia de la herencia recibida de los socialistas, pero es que, como no saben gobernar, nos repiten una y mil veces la misma canción, que cambien de copla y gobiernen y no nos aprieten tanto el cinturón, la hebilla está a punto de romperse y como se rompa, malo. Lo único que pretenden es que el pobre se arrastre a sus pies como ocurría en los años cuarenta y cincuenta, donde los españoles para poder colocarse debían presentarse ante el empresario con una tarjeta de visita donde el ricachón decía “que al portador de la misma se le diera trabajo” y así mendigarle al más pudiente y de por vida agradecérselo, eso era demencial, se degradaba a la persona hasta el infinito. Hoy, en los tiempos que corremos y con tantísimo recorte, le diría que lo primero que debe de hacer antes de castigarnos más a los españoles es que presente un ERE en el Senado y que todos y cada uno de los senadores los ponga en la puñetera calle, que es donde deben estar, pues no están dando ningún beneficio al país, en el Congreso de los Diputados hacer otro ERE y dejar en la calle como mínimo a un tercio, así como a todos los que están para llevarles las “carteras” y los “papeles” que para nada sirven.
Igualmente, que tanto el presidente, ministros, diputados, senadores, secretarios, vicesecretarios, etcétera, se rebajen el sueldo y las dietas y no vivan a la bartola, las pagas vitalicias deben desaparecer de inmediato, los dobles sueldos que algunos cobran mensualmente tanto de los hemiciclos como de sus partidos, bajo ningún concepto debe permitirse por más tiempo, a los ayuntamientos recortarles el número deconcejales así como los sueldos incluido el alcalde, a los ricachones se le debe exigir que paguen más, pero claro este punto es casi imposible, podíamos decir que “con la iglesia hemos topado”, cuando a la iglesia ya se le está pidiendo que pague los impuestos. Es de pena a la representación que estamos asistiendo en una España, grande y libre, pues de existir “dos” todos nos “mudaríamos” a la otra. El Gobierno está haciendo mucho daño con tantos recortes sin tener en cuenta cómo vamos a sobrevivir la mayoría de los españoles con un salario mínimo, subida del IVA, IRPF, gas, electricidad, medicamentos incluidos los jubilados, dejando a los parados totalmente indefensos, a los funcionarios les recortan los sueldos, la paga de navidad ya no la recibirán, con un ERE en la administración a la vuelta de la esquina y que seguramente llegará en septiembre, etcétera ¿Qué más quiere el gobierno central? Pues muy sencillo, que las manifestaciones que ya han comenzado continúen, que las mismas nos lleven a otra huelga general y que España se convierta en un polvorín, eso es lo que quieren. Es por ello que me pregunto: ¿es el momento de una dimisión en bloque del actual equipo de Gobierno central? Es muy posible, y para que esto no suceda los recortes deben hacerse menos agresivos que hasta ahora y meter mano donde el Gobierno no quiere hacerlo, de lo contrario lo que tanto estamos hartos de escuchar de que España no es Grecia, cuidado que del purgatorio al infierno solo hay un paso.