Eslava Galán: 'Los libros que uno escribe son como los hijos'

Elios Mendieta Rodríguez / Jaén
Juan Eslava Galán nació en el municipio de Arjona y se crió, parafraseando a su amigo Terence Moix, en una época en la que había 'demasiada misa para tan poco niño'. Su trayectoria literaria es larga y extensa, pues es un prolífico escritor bien situado en el mapa de las letras nacionales e internacionales por méritos propios.

    29 may 2013 / 16:41 H.

    Atiende a Diario JAEN en su casa de Barcelona, donde permanecerá por poco tiempo, pues se muda a la capital, y lo hace con la amabilidad y el tremendo conocimiento que ha demostrado siempre.
    —-¿En qué proyecto literario trabaja en la actualidad?
    —Estoy pensando en un par de novelas que tengo en proceso y, sobre todo, estoy leyendo para estar al día de lo que se está escribiendo. Después del verano empezaré con otro libro nuevo que, imagino, será una novela.
    —Usted se define como historiador, escritor y lector, ¿qué porcentaje tiene de cada uno?
    —No sabría decirte. Son actividades interconectadas. No se puede ser un buen escritor si no se es un buen lector, desde luego. La lectura ha de preceder a la escritura. Lo que ocurre es que con el tiempo ya se releen más cosas que se leen cosas nuevas. Se visitan los clásicos con más frecuencia.
    —“En busca del unicornio” fue el gran salto en su carrera, tras ganar el Premio Planeta.
    —Sí, se lo debo todo a este libro. Pasados 27 años van ya 870.000 ejemplares vendidos, y pasé de ser un escritor desconocido a ganar bastantes lectores. Le debo todo al Premio Planeta.
    —Eso sí, antes ya había escrito cosas sobre Jaén, como “La leyenda del largo de la Malena”.
    —Sí, empecé colaborando en periódicos o revistas locales, cuando estaba en el Bachillerato, y había escrito un libro, que era un ensayo llamado “La leyenda del Lagarto de la Malena” y alguna cosa más de tipo pedagógico.
    —¿Considera que Jaén es un emplazamiento idóneo para contextualizar su obra?
    —Sí, decía Tolstoi que cuando uno describe su aldea, está describiendo el mundo, y yo me siento muy cómodo con que mis libros y novelas tengan esas referencias a Jaén. Es mi territorio íntimo y lo frecuento.
    —En  la obra “El mercenario de Granada” aborda la conquista del reino nazarí e inmiscuye a su protagonista, Orban, por zonas jiennenses como la Sierra de Cazorla, Peal o el Pozo, ¿le gusta esta zona?
    —Sí, he recorrido mucho toda la provincia y he podido disfrutarla, sobre todo, en los ocho años que estuve haciendo mi tesis doctoral, y muchas veces a pie. Me vanaglorio de conocer muy bien la provincia. Todas las zonas me parecen muy bellas. Es una provincia tan desconocida como variada tanto en paisajes o paisanaje. Tengo muchos amigos a los que recomiendo Cazorla, que acaban sorprendidos con el bosque tan tupido, pues no hay ninguno que se le pueda comparar en el sur de Europa. Además, el paisaje de olivar o la campiña es maravilloso, ves como el paisaje ordenado se pierde por el horizonte.
    —Usted es de Arjona, ¿suele ir por allí?
    —Sí, voy con bastante frecuencia. Apenas me da tiempo a echarla de menos, aunque hay veces que, cuando salgo aquí a caminar por Barcelona, me gustaría subir a Santa María a ver el paisaje o meterme en una taberna a echarme un vino con los amigos.
    —De su prolífica carrera literaria, ¿hay alguna novela o libro del que se sienta más orgulloso?
    —Los libros que uno escribe son como los hijos. Uno tiene que sentirse orgulloso de ellos. Cuando un lector me pide que le recomiende para leerse un libro mío le suelo decir “El comedido hidalgo”, aunque soy padre de todos ellos y todos me parecen guapos.
    —“Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie” es uno de sus ensayos más aplaudidos, ¿por qué lo recomendaría a un lector curioso?
    —Porque sería un buen acercamiento para la gente joven que, constantemente, oye menciones de la guerras partidistas, ya sean de izquierda o derecha, y en este libro he hecho un intento neutral de ser lo que puedo ser, y por lo visto, según me dicen unos lectores, lo he conseguido, o he logrado que unas partes le molesten a unos y otras a otros, por lo que es un buen indicio de que va por buen camino.
    —Es un enamorado de la Historia, e hizo una tesis sobre Historia Medieval, además. ¿Son la Guerra Civil y la Edad Media los dos intervalos históricos que más le interesan?
    —Me gusta mucho la Historia, llevo leyéndola desde siempre, y he escrito bastante. La Edad Media y la Guerra Civil, junto a la Época Romana, son los momentos que más me llaman. Además, la historia del siglo XX también me atrae mucho, esto es, los que padecen la historia, no solo la que hacen los historiadores hablando de presidente o grandes hechos.
    —¿Cree que la literatura o el cine español actual está sobreexpuesto a una saturación de temas sobre la Guerra Civil?
    —Yo creo que no. Si nos fijamos en la cantidad de películas que se hacen y cuántas son sobre la Guerra Civil, se observa que el porcentaje no es muy alto. Además, se ha de mirar el cine internacional, pues vemos que se hacen muchas películas bélicas. Cada pueblo y cada país indaga sobre su historia con el cine. Un ejemplo es la película “Lincoln”, sobre la Guerra Civil Americana, que ocurrió hace siglo y medio y que sigue siendo motivo de inspiración de novelas y películas.
    —¿Qué le pareció “Lincoln”?
    —Genial.  Una película fantástica con un guion casi “shakespiriano”.
    —¿Le gustan las películas de Steven Spielberg?
    —Sí, creo que es un gran narrador. Pienso que el cine es una forma de literatura más, y han de conjuntar imágenes y palabras, con más cosas, como sentimientos, y creo que Spielberg es un maestro en esto. 
    —Cuáles destacaría como sus películas favoritas?
    —Diría “Blade Runner” y “El paciente inglés”.
    —Ha escrito novelas bajo el pseudónimo de Nicholas Wilcox, ¿por qué ese nombre y en qué se diferencia de Eslava Galán?
    —Soy un lector de todo, y también de autores de “best sellers”, entonces me apetecía experimentar y hacer una novela de ese corte, pero pensé que mis lectores habituales no estaban acostumbrados a verme en esa faceta y me inventé un pseudónimo, y la primera novela de este corte que saqué, “La lápida templaria”, tuvo tanto éxito que la editorial me pidió más, e hice otras cuatro novelas hasta que se supo que era yo, y entonces ya no tenía tanta gracia y lo dejé.
    —¿Qué le parece la situación que padece la literatura actual?
    —Pienso que padece de muy buena salud, existen muy buenos escritores jóvenes, pues soy jurado de muchos premios y veo que llegan relatos muy buenos de gente joven. Otra cosa es la situación editorial, debido a la crisis que padecemos, hay graves problemas de publicación, existe una inflación de literatura publicada y la gente joven que empieza ahora lo tiene más difícil que los que llevamos cierta andadura. Hay que aguantar y seguir.
    —¿Cuál es su novela favorita?
    —Mi novela favorita es “El Quijote de la Mancha”. Lo he leído muchas veces y siempre encuentro cosas nuevas.
    —Además de usted y Muñoz Molina, probablemente, los dos autores jiennenses más conocidos tanto en el panorama nacional como internacional, ¿cómo ve la situación de la literatura jiennense en la actualidad?
    —Me parece que hay muy buenos escritores, Jaén es un paralelo a lo que ocurre en España. Salen  muy buenos escritores nuevos.
    —Barcelona es tierra de grandes escritores como Marsé, Vila-Matas o Mendoza, ¿tiene relación con ellos?
    —Lo cierto es que yo me relaciono poco con gente del mundo de las letras, tengo buenos amigos, pero mi amistad más sonada es la de Arturo Pérez Reverte.
    —¿Qué le parece Pérez Reverte como escritor?
    —Arturo tiene, además del éxito casi insuperable de lectores en lengua española, la virtud de seguir aprendiendo.  Para ser un buen novelista no puedes anquilosarte en lo que has hecho y tienes que aceptar retos nuevos. Y en Pérez Reverte cada novela nueva es un reto. Su último libro, “El tango de la guardia vieja” es una obra excepcional.
    —Pérez Reverte es un asiduo, los domingos, del twitter, donde suele analizar en un tono satírico la actualidad, ¿no le pica a usted el gusanillo de las redes sociales?
    —Me han propuesto hacerme redes sociales. Pero con mi edad y la torpeza que tengo con estas cosas, a  lo más que llego es a usar un ordenador como una máquina de escribir avanzada. Me tienen que ayudar mis hijas y aunque, a veces me lo hayan recomendado, yo no me veo en este mundo. Yo soy más del papel.
    —¿Qué sería de Eslava Galán si no existiese la literatura?
    —Ni idea, echaría de menos una parcela muy importante de mi vida. Pero me dedicaría a otra cosa. De joven me gustaba mucho la pintura, quien sabe si no hubiese estudiado Bellas Artes, no lo sé. Seguro que me hubiera dado por alguna actividad creativa, o estaría en una cofradía.
    —¿Qué otras aficiones tiene?
    —Me gusta mucho la cocina. Trabajo mucho en casa y, para despejarme, a veces me pongo a hacer platos. Soy un cocinero mediano y un buen aprendiz.