25 may 2009 / 11:00 H.
Los expedientes de regulación de empleo (ERES) en grandes centros de producción de la provincia son, agotadas todas las vías para salvar la rentabilidad empresarial, pactos necesarios para sortear la crisis. Si en lo más crudo del año 2008 ya se pactaron ERES en los comités de empresa, ahora, cuando los “brotes verdes” de la economía española son sólo indicios para la esperanza, se amplían para adecuar una producción y un almacenamiento de producto con la demanda real. En este sentido, la ampliación del ERE de Santana, al igual que en el resto del sector de la automoción, es otro mal menor para no destruir empleo y un sacrificio compartido. El expediente, que entró en vigor el 1 de enero de este año, afecta a más de 100 días laborables y a unos 360 trabajadores y la dirección plantea aumentarlo 12 semanas más y con 33 en 2010. La propuesta tendrá que ser validada por los trabajadores, pero los argumentos que se esgrimen por parte de la dirección, la falta de pedidos en concreto, es la misma que precedió a los anteriores acuerdos. A la regulación de empleo también se suma la planta de la multinacional de protección de equipos Eldon, en Martos, que presentó esta semana un plan de viabilidad que afecta al casi centenar de empleados y que tendrá una duración máxima de 120 jornadas de trabajo. Además, las condiciones pactadas son satisfactorias para los sindicatos y se garantiza el empleo que es lo más relevante. Estas soluciones contrastan con la desesperada situación de los trabajadores de la empresa Gres de Vilches. Después de que mantuvieran la firma con la creación de una cooperativa, la necesidad de nuevas inversiones hace vital la llegada de un empresario del sector para reflotarla. El emprendedor que, en esta ocasión, es de Bailén sólo requiere un préstamo que las entidades financieras niegan, pese a los apoyos oficiales y la viabilidad de la iniciativa empresarial. ¿Quién no riega los nuevos brotes verdes?