Esfuerzo vecinal para controlar a los gatos
Solo un plan de envergadura puede solucionar un problema común en solares abandonados de la capital: las colonias de felinos. El Pacma aboga por el proyecto denominado CES, que consiste en la captura, esterilización, vacuna y, finalmente, suelta de los animales en el lugar que habitan. La iniciativa, que ya ha sido presentada en el Ayuntamiento, busca el respaldo de las federaciones vecinales para ser desarrollada con éxito.
El objetivo primordial del Pacma es reducir el número de miembros de las “familias” de felinos que andan desperdigadas en diferentes sitios de Jaén. “Lo que se consigue al esterilizar a las hembras con más de cinco meses es precisamente eso: que no aparezcan nuevos cachorros y que, con el paso del tiempo, la colonia esté controlada”, explica Manuel Serrano, secretario general de la formación animalista. “Cuando se realiza este plan no suelen aparecer más gatos de fuera”, añade.
El objetivo primordial del Pacma es reducir el número de miembros de las “familias” de felinos que andan desperdigadas en diferentes sitios de Jaén. “Lo que se consigue al esterilizar a las hembras con más de cinco meses es precisamente eso: que no aparezcan nuevos cachorros y que, con el paso del tiempo, la colonia esté controlada”, explica Manuel Serrano, secretario general de la formación animalista. “Cuando se realiza este plan no suelen aparecer más gatos de fuera”, añade.

Otro de los objetivos que se lograría en caso de ejecutar el proyecto CES —que está implantado en ciudades españolas como, por ejemplo, Zaragoza— es que los propios felinos serían “cómplices” de uno de los males que propician los terrenos descuidados: acabar con las plagas de ratas. “Es muy importante que el solar donde hay mininos esté limpio”, manifiesta.
Manuel Serrano explica a Diario JAÉN cómo sería el procedimiento en las colonias donde se harían las intervenciones: “El sistema para trabajar es el siguiente: instalar unas tolvas de comida y de agua que no estén a la vista de la gente. El alimento debe ser seco, nunca húmedo, para que no se estropee ni produzca malos olores, y las zonas siempre deben llevar un distintivo, un cartel de los colaboradores: ‘Está prohibido dar de comer a los animales excepto por los miembros del proyecto de controlar la colonia’”, especifica el jiennense.
Ayuda. El líder del Pacma destaca que la iniciativa precisa del apoyo de las federaciones vecinales y del equipo de Gobierno para que surta efecto. Serrano ya contactó, a comienzos del pasado mes de julio, con la Asociación de Vecinos Unidos por la Merced, que también trabaja en un “plan renove” del conjunto histórico. Guadalupe Espinosa, presidenta del colectivo, señala a este periódico que tanto ella como sus compañeros presentaron en su día una propuesta similar a la del Pacma. “Es un asunto complicado. Nuestro interés es reducir las colonias e instar tanto a los vecinos como al Ayuntamiento a hacer todo lo posible en los terrenos que están abandonados”, comenta Espinosa. Y agrega: “En el barrio estamos muy comprometidos e ilusionados con el plan que propone el Pacma”. La formación de Manuel Serrano cuenta, pues, con un “socio”. “Ya he hablado con OCO y espero hacerlo pronto con Ciudadanos por Jaén y Más Voluntades”, apostilla el político.
Una de las preocupaciones en La Merced es la concentración de suciedad en un solar ubicado en la calle Merced Alta, a la altura del número 5. El problema en esta parcela, que es de titularidad privada, según señala Espinosa, ilustra los problemas que acarrea la acumulación de felinos: abunda la suciedad, y la imagen del casco histórico se resiente.
Serrano detalla que en caso de desarrolarse el proyecto CES, es importante desterrar otras prácticas “equivocadas”, a su juicio. “Desconocemos exactamente cuál es el protocolo del Ayuntamiento, pero lo que es un error es dejar vacía una colonia y trasladar sus miembros a otro sitio donde no vive nadie. El olor propicia un efecto atracción”, manifiesta.
Según los datos del Pacma, en Jaén hay entre “trescientos y cuatrocientos” felinos sin dueño. Hay zonas en las que controlar la colonia ha sido posible gracias al apoyo económico de particulares. “Por ejemplo, en la Diputación”, dice. Serrano enfatiza que tanto la castración como el proceso de vacunas implica un coste difícil de asumir únicamente por voluntarios. Es por ello que hace un llamamiento a las administraciones y a entidades que puedan colaborar, como, por ejemplo, el Colegio de Veterinarios de Jaén. “No disponemos de la gente suficiente para patear las calles y saber, con precisión, cuántas colonias y hay cuánto esfuerzo precisamos”, comenta. Sí parece claro que el tópico de “la unión hace la fuerza” es, en este caso, imprescindible.