Escraches, la otra cara de la moneda

¿Por qué molestan tanto los escraches? Hasta ahora no tenían que enfrentarse a los ciudadanos cara a cara. Gracias al sistema de listas cerradas, al bipartidismo impuesto por la Ley D´Hont, los diputados no conocían a sus electores, y lo peor, los electores no sabían quienes les representaban, como mucho a los que, de forma interesada, partidos y medios de comunicación quieren.

    15 abr 2013 / 10:35 H.

    Con los escraches las demandas adquieren rostro y claro que sí, presión. ¿Acaso que un político se sienta presionado es malo? Son mítines pero del revés, las ovaciones se convierten en demandas. Claro que para eso, la gran mayoría, no está preparada. La casta política vive muy bien en su anonimato, en su voto disciplinado en los Parlamentos. No es lo mismo presumir del cargo entre los amiguetes que aguantar a los ciudadanos gritando sus demandas. Hasta ahora no se ha visto ni el más mínimo atisbo de violencia en ninguno de los escraches. Pero olvidan todos, y digo todos, que su puesto es nuestro, que están ahí para hacer lo que les demandemos la mayoría y para aguantar la presión que haga falta. La política no es una moneda de una sola cara, no solo es sueldo, dietas, influencia, también es escuchar y atender a los ciudadanos. La democracia no es solo votar cada cierto tiempo y si te he visto no me acuerdo, la democracia es que todos participen. Algunos dirán que los escraches son coacción, a estos solo cabe rebatirles, y llevar a la población al desahucio, a la miseria, al paro, ¿no es coacción? 

    Agente ferroviario
    Manuel Pérez Perálvarez