Esclavitud en los tiempos que corren
Desde Úbeda. Un reciente informe de la Unión Europea señala que hay 900.000 personas obligadas a trabajar bajo coacción y, de estos, casi un tercio por explotación sexual, ¡en Europa!
El fino Aristóteles resolvió esta “inconveniencia” justificando la existencia de los esclavos al negarles su condición humana.
El fino Aristóteles resolvió esta “inconveniencia” justificando la existencia de los esclavos al negarles su condición humana.
El ser humano sería libre, pero no así cualquier cuerpo que no tuviera esa naturaleza. Asunto zanjado. Casi de 2400 años después, en Europa, sus ideas siguen vigentes. Para ahondar más en la herida, nos llega un Aristóteles moderno, en forma de crisis, mercados financieros, recesiones, o simplemente avaricia desmedida y las soluciones propuestas por aquellos mismos que traen el mal de la crisis: La esclavitud, o semiesclavitud escrita, eso sí, en caracteres apacibles con sueldos muy bajos; horarios inacabables y una precariedad y desamparo sin límites. Todo esto, dicen, como mal necesario para salir del atolladero económico y aupar a quien nos metió de lleno en sus fauces. La crisis, definitivamente, ha desproveído de la dignidad inherente al ser humano a muchos, como en la Grecia clásica. Esto, sumando a la inmundicia humana que se aprovecha de la necesidad y desgracias de sus congéneres, nos hace pensar que esta crisis no es más una versión moderna de aquella burda justificación que daba Aristóteles para los esclavos.
Juan Manuel Chica Cruz