Escándalos y más escándalos
Los informativos se han convertido en programas de máxima audiencia, caso Noos, caso Gürtel, Palma Arena, Palau de la Música, los EREs fraudulentos, operación Malaya, operación Pokemon, operación Campeón, operación Puerto, caso Bankia, etcétera. El pobre Jorge Javier Vázquez ya no sabe qué inventar recuperar el protagonismo que pierde a diario, y es que ni la supuesta relación de Belencita con el Pipita, han desviado nuestra atención. Un termómetro de todo esto son las letras que cada año nos regala el carnaval de Cádiz y este febrero no han tenido desperdicio.
¡Y de lo que no nos enteramos! Porque seguro que yo no soy el único que mientras toma un café y ojea el periódico no para de preguntarse si no existe un mecanismo de autodefensa en nuestra sociedad capaz de desterrar a toda esta gentuza que ha dejado nuestro país arruinado. Me quiero explicar mejor, un ejemplo: En Jaén se ejecuta una obra de infraestructura tranviaria de coste impresionante, que resulta que una vez terminada ¡atención! —repito una vez terminada— se dice que no es rentable. Creo que todos hemos sido testigos de que antes de comenzar dichas obras se comentó que un estudio avalaba la viabilidad del proyecto desde el punto de vista económico. Señores, entonces: ¿Quién investiga esto? ¿Qué intereses hay detrás? ¿Desconocemos alguno de los estudios? ¿Eso será punible? Yo creo que los ciudadanos de Jaén nos merecemos una respuesta. El que toma las decisiones tendrá responsabilidades, digo yo, ¿o es que todo vale?
Economista
Alfredo Font