Escándalo en la élite del fútbol

El escándalo ha estallado y el mundo del balón no termina de salir de su asombro. En las primeras declaraciones al respecto, toda la explicación del presidente de la FiFA, Joseph Blatter se resume en que corren “tiempos difíciles” y sentencia: “no puedo controlar a todo el mundo todo el tiempo”. El organismo que rige el fútbol mundial atraviesa por un escándalo de corrupción destapado por las autoridades estadounidenses y suizas, una gran mancha que no debe permitirse que se extienda hasta perjudicar al deporte en sí. Frente a las voces críticas que exigen la dimisión, Blatter deja claro todo lo contrario. En la inauguración del congreso que ayer arrancó en Zúrich, se ratificó en su intención de ser reelegido hoy por quinto mandato consecutivo, y se mostró dispuesto a colaborar con las investigaciones abiertas, como no podía ser de otro modo.

    29 may 2015 / 10:41 H.


    En el centro de todas las miradas está ahora la adjudicación de los dos próximos Mundiales, que serán organizados por Rusia, en el año 2018 y por Qatar, en 2022, mientras que los siete más poderosos ejecutivos del fútbol que fueron detenidos este pasado miércoles en una redada en un hotel de lujo se enfrentan a un proceso de extradición a Estados Unidos por los cargos de corrupción que investiga el FBI. Fraude electrónico, blanqueo de dinero y extorsión, delitos que el organismo estadounidense investiga desde hace tres años.
    Como la gangrena se extirpa cuanto antes y de raíz, hay que actuar con la máxima celeridad y no debe temblar la mano a quien tenga la competencia de devolver la dignidad, la credibilidad y la honorabilidad a la directiva de este deporte en el ámbito internacional. La reputación de este organismo está en juego.