Es una sinrazón
Desde HUESCA Conchita del Moral Herránz. Me ha dejado perpleja al leer en los medios esa persecucion y odio radical hacia la Iglesia Católica en algunos sectores. Unos individuos racistas han entrado en una iglesia en Barcelona mofándose de lo más santo, gritando palabras blasfemas y soeces, metiéndose e insultando a los sacerdotes. Denota en estas personas una gran cortedad de mente, una sinrazón, una falta de civismo y una baja personalidad para cometer semejante desacato.
Les pido respeto, por favor, para que dejen tranquilos a los que no pensamos como ellos y sin embargo no les insultamos. Cuando alguien no le importa una opinión o una verdad, no ataca, y si tiene sentido común indaga porque buscar la verdad es de personas inteligentes, y si es un pasota pasa sin más. ¿Verdad que sería necio que porque a mí no me gusten las cerezas arrancara todos los cerezos del vecino, o si no me gusta el color de los trajes rojos arremetiera con la gente que los use?
La gente que obra de ésta manera tan necia también tiene conciencia y en “sordina” aunque ellos no la escuchen les acusa y saben que obran mal. La luz de la fe no nos la podrán quitar porque nos apoyamos en Dios. Parece mentira que un país civilizado haya gente tan radical que no tolere y maltrate a los que no tiene los mismos ideales. Por qué no vamos a vivir en armonía con todos, ayudándonos unos a otros sin rencor, ni persecución. Sería lamentable en pleno siglo XXI volver a los tiempos de Nerón y compañía; seamos sensatos.