Es que no hay más dinero
Manuel Álvarez Alba/Desde Martos. 'Es que no hay dinero'. Este fue el mensaje de señor Montoro a los españoles hace unos días. Me ha sorprendido la respuesta. Pues para eso fueron elegidos ustedes, para buscar, encontrar y dar una solución adecuada, positiva y beneficiosa al país, olvidando la herencia recibida.
La respuesta que estamos viendo y sufriendo la mayoría de los españoles es poner patas arriba la educación, la sanidad, las pensiones, los derechos sociales y laborales; en una palabra, reducir poco a poco el estado de bienestar a la nada —que tanto nos ha costado conseguir— y desprestigiar todo lo público en beneficio de lo privado. Pues hay otras alternativas que mejoran la situación actual y que no se ponen en práctica porque a Merkel y Sarkozy no les interesa ni beneficia y nuestros gobernantes agachan la cabeza, dicen a todo que sí siempre que venga de Alemania y no escuchan, ni ven la realidad de sus ciudadanos españoles que las están pasando canutas. Parece que viven en otro planeta con la que está cayendo sobre la ciudadanía y algunos de sus dirigentes diciendo que las subidas suponen “cuatro cafés al mes”. Rajoy, esta crisis no se soluciona solo con recortes y nula inversión, escucha otras recetas y pruébalas porque los recortes y los ajustes nos están llevando a la depresión económica total, a los seis millones de desempleados, a la destrucción de empresas, a la paralización del I+D+i, a la pérdida de derechos y al aumento de la desigualdad y de la pobreza. La alternativa más lógica a la expresión “Es que no hay dinero” es incrementar los ingresos y esos hay que buscarlos en las clases sociales altas, banca, grandes fortunas y grandes empresas —que siguen viviendo de maravilla— a través de una mejora de la política fiscal progresiva —tenemos un sistema fiscal que es un colador por donde se escapan la mayoría de los impuestos—, de una persecución del dinero negro y fraude fiscal, de un aumento de los inspectores de Hacienda—España tiene en proporción la mitad de inspectores de Hacienda que Alemania—. Estas medidas anteriores —como no son suficientes— deben ir acompañadas de la creación de un banco público para que fluya el crédito en la pequeña y mediana empresa —los bancos privados actualmente se dedican a otros negocios—, de invertir en lo público, en tecnología, en I+D+i, en energías renovables para conseguir la autosuficiencia energética , en servicios sociales —cada vez tenemos una población que vive más años—, en rehabilitación de viviendas, en igualar las rentas del trabajo y las del capital —ahora se puede comprobar con la declaración de la renta de este año con los olivos—, en solicitar un aplazamiento de varios años para cumplir con el déficit y en unas correcciones del Banco Central Europeo. A todo esto se une una mejor gestión en los recursos como son restringir al mínimo los gastos superfluos, ajustar los sueldos de los alcaldes y concejales al número de habitantes y presupuesto real, desaparecer las prebendas de los políticos, diputados, senadores, altos funcionarios y directivos de empresas públicas, caer el peso de la ley sobre todo aquel que abusa y se aprovecha de las arcas municipales, autonómicas y estatales y reducir la proporcionalidad de sueldos y rentas entre las distintas capas sociales ya que esto crea indignación entre la gente del entorno y más en época de crisis. Rajoy, lo importante son las personas y no la ideología.