Es lo que tenemos

Vaya tropa! Es la exclamación de un político que acertó. Dio en la diana refiriéndose a los otros políticos. A la clase política que se encuentra actualmente en el ojo del huracán del ciudadano. Los políticos se están retratando de una forma clara frente a la ciudadanía. Están contribuyendo a enturbiar la vida de este país. Tal vez la corrupción que sobrevuela al mundo político no sea el instrumento que en mayor medida ha servido para su desprestigio. Considero que ha sido el continuismo del anterior régimen. Las bases de la democracia se han colocado de manera poco adecuada que no encaja en una verdadera democracia. Los vicios que han ido emergiendo son fruto de una puesta en escena de la democracia bastante deficiente. El ejemplo lo encontramos en los estatutos de los partidos tradicionales donde su carácter democrático dista mucho de lo que se exige desde la ciudadanía. De ahí que los ciudadanos no cesen en su exigencia de una regeneración democrática y auténtica. La crisis que estamos atravesando pone en evidencia las deficiencias de la democracia. Ha sido la crisis la que ha desnudado a nuestra democracia y a quienes nos gobiernan. Ha colocado a todo ese conjunto en el lugar adecuado. Les ha colocado en el lugar que les corresponde y que no es otro que al borde de la exclusión.

    21 oct 2015 / 10:04 H.


    La forma deficitaria que han actuado los partidos políticos ha puesto en jaque a la propia gobernabilidad de este país. La falta de firmeza y convicción ha puesto en riesgo la unidad de España. La tibieza a la hora de hacer cumplir la ley, por parte de los dirigentes políticos, ha sido un elemento desestabilizador del régimen democrático. Los ciudadanos hemos asistido a la violación de las leyes a cargo de dirigentes políticos sin que haya ocurrido nada. Nos hemos visto discriminados por el estado que nos hace cumplir la ley a raja tabla, pero sin embargo los políticos que deben ser garantes de la ley pasan por encima de ella.
    En estas circunstancias han ido naciendo formaciones políticas populistas que tampoco dan una respuesta lo suficientemente sensata para resolver los problemas. Son personas que aprovechando la desmoralización de la ciudadanía y la desconfianza en la clase política han formado partidos políticos para, desde otra perspectiva, pero con los mismos vicios de los partidos tradicionales, quieren volver a engañar al pueblo. Se disfrazan de salvadores de la patria, pero que en el fondo solo tratan de llevar a cabo los mismos proyectos. No mejorar la democracia de este país y dejarlo que se hunda en la desesperación y el derrotismo. Somos un país que hemos trabajado mucho y duro para llegar a donde nos encontramos. A pesar de las equivocaciones que hemos cometido y seguro que cometeremos, deseamos un cambio de rumbo. Desconozco si con los políticos actuales o con otros, pero de lo que si estoy seguro es que deseamos una mejora en todos los niveles para continuar viviendo lo mejor posible sin sobre saltos y con certidumbres.
    Fernando Cuesta Garrido