“Es la historia de cualquier niño”
Su vida dio un giro de ciento ochenta grados, cuando a su única hija Begoña, le diagnosticaron leucemia con solo un año y medio. Al principio, nada fue fácil. Como bien dice ella, la vida le puso una prueba muy dura que, con optimismo, fuerza y positividad, ella y su pequeña lograron superar. Dos años de batalla y de tratamiento que desembocaron en un final feliz, la curación de Begoña. Durante ese tiempo, afirma la fuerterreña, tuvo un papel muy importante la asociación ALES que le prestó ayuda en todo momento. Ahora, Yolanda Montoro Arroyo desempeña el cargo de vicepresidenta del colectivo, de esa gran familia que cumple los sueños de decenas niños. Con ese objetivo y con el fin de poner su granito de arena en el proyecto El Jardín de los Sueños que emprendió “ALES”, Yolanda Montoro acaba de escribir un cuento, Marta y el jardín de los sueños. Lo presenta hoy en el aula de Cultura de Diputación.
—¿Cómo surgió su libro Marta y el jardín de los sueños?
—El cuento surgió al buscar herramientas posibles de financiación para el proyecto El Jardín de los Sueños, que nosotros creemos que es muy bonito e “lusionante” para los niños. Desde la asociación pensamos que, además de las empresas que colaborasen con nosotros, las personas de a pie también podían colaborar de alguna forma. Se idearon muchas formas de unirse al proyecto, como los SMS, que funcionan muy bien, y se pensó en hacer un cuento infantil. Y como da la casualidad de que a mí me gusta mucho escribir —tengo un blog donde hablo de la enfermedad de mi hija—, pues me puse manos a la obra.
—¿Qué encontrará el lector en las páginas de su publicación?
—Cuenta la historia de Marta, una niña de siete años que vive en su casa con sus padres. Le gusta jugar y bailar y un día se pone malita y se tiene que ir al reino de las batas blancas, que es el hospital. Podría ser la historia de cualquier niño que, por cualquier razón, tenga que dejar su vida, su colegio y amigos para permanecer, una temporada en el hospital. En el cuento se mezcla personajes que, por distintas motivos, están en el hospital, piensan que van a un lugar muy malo y encuentran un espacio mágico, que es el Jardín de los Sueños, donde todo es como si estuvieran en un sueño. Hay duendes, espacios divertidos y alegres donde conocen amigos y se divierten, y hasta le da pena irse del hospital.
—Paralelamente a la historia, el cuento está ilustrado con imágenes realizadas por una exauxiliar y colaboradora de “ALES”, Maru Bernal.
—Ella ha sido la encargada de ilustrar los personajes, que están inspirados en los productos del jardín que tenemos a la venta como lápices o llaveros. Ha sido una forma bonita de mezclar esos personajes que ya estaban creados con el cuento. Hay una simbiosis. También he contado con la colaboración de una persona muy especial, mi hija, que creado la contraportada.
—Además de contar una historia, el libro tiene para usted grandes moralejas, ¿qué trata de reflejar?
—Este cuento es también un pequeño homenaje para la gente que trabaja en el hospital; desde los doctores hasta las personas que los cuidan. También al equipo de voluntarios de “ALES” que entretienen a los pequeños. La moraleja principal es que, por un golpe que te dé la vida, siempre se puede encontrar una salida si sabes afrontar la situación “con los ojos de un niño”.
—En su cuento, “El Jardín de los Sueños” de ALES se hace realidad.
—Para que cuando la gente lo lea se haga una ligera idea de lo que supone el Jardín de los Sueños para los niños, y digo ligera, porque solo será eso, porque nadie que no pase por un encierro obligado en una habitación sin poder sentir el aire fresco, sin poder jugar en un parque..., más siendo un niño, puede saber lo que eso significa, las prioridades cambian mucho, aparcas sueños que, normalmente, tienes y los cambias por otros que se hacen más necesarios en esas condiciones adversas. Por eso, el hacer realidad este proyecto marcará un antes y un después en su hospitalización.
—¿Qué tiene, por tanto, de real y de ficción este cuento infantil?
—Aunque es un cuento y por tanto es ficción, aparecen elementos reales, como el personaje El Osito Pepe, que es real. Es el osito de una niña muy valiente, que yo conozco muy bien, que también estuvo hace mucho tiempo en el reino de las batas blancas, cuando no existía el jardín y se creó “El Entretenimiento Pepe”. Además, todo lo que se describe de la sala cubierta pretende ser real. El rincón de los juegos, el cuentacuentos, el rincón de disfraces, películas..., todo para que ellos estén lo más felices posible, como en el deseo de Marta.
—También aparecen personajes muy especiales para usted.
—Sí, los sabios son los doctores que velan por su salud, el hada madrina es la psicóloga de “ALES”, que es la que ayuda tanto a padres como a niños y no los deja solos, los duendes y las hadas son los voluntarios y el personal del hospital que entretienen y atienden diariamente a los niños, a veces en sus habitaciones, en la sala de padres y muy pronto en el jardín.
—El cuento surgió al buscar herramientas posibles de financiación para el proyecto El Jardín de los Sueños, que nosotros creemos que es muy bonito e “lusionante” para los niños. Desde la asociación pensamos que, además de las empresas que colaborasen con nosotros, las personas de a pie también podían colaborar de alguna forma. Se idearon muchas formas de unirse al proyecto, como los SMS, que funcionan muy bien, y se pensó en hacer un cuento infantil. Y como da la casualidad de que a mí me gusta mucho escribir —tengo un blog donde hablo de la enfermedad de mi hija—, pues me puse manos a la obra.
—¿Qué encontrará el lector en las páginas de su publicación?
—Cuenta la historia de Marta, una niña de siete años que vive en su casa con sus padres. Le gusta jugar y bailar y un día se pone malita y se tiene que ir al reino de las batas blancas, que es el hospital. Podría ser la historia de cualquier niño que, por cualquier razón, tenga que dejar su vida, su colegio y amigos para permanecer, una temporada en el hospital. En el cuento se mezcla personajes que, por distintas motivos, están en el hospital, piensan que van a un lugar muy malo y encuentran un espacio mágico, que es el Jardín de los Sueños, donde todo es como si estuvieran en un sueño. Hay duendes, espacios divertidos y alegres donde conocen amigos y se divierten, y hasta le da pena irse del hospital.
—Ella ha sido la encargada de ilustrar los personajes, que están inspirados en los productos del jardín que tenemos a la venta como lápices o llaveros. Ha sido una forma bonita de mezclar esos personajes que ya estaban creados con el cuento. Hay una simbiosis. También he contado con la colaboración de una persona muy especial, mi hija, que creado la contraportada.
—Este cuento es también un pequeño homenaje para la gente que trabaja en el hospital; desde los doctores hasta las personas que los cuidan. También al equipo de voluntarios de “ALES” que entretienen a los pequeños. La moraleja principal es que, por un golpe que te dé la vida, siempre se puede encontrar una salida si sabes afrontar la situación “con los ojos de un niño”.
—Para que cuando la gente lo lea se haga una ligera idea de lo que supone el Jardín de los Sueños para los niños, y digo ligera, porque solo será eso, porque nadie que no pase por un encierro obligado en una habitación sin poder sentir el aire fresco, sin poder jugar en un parque..., más siendo un niño, puede saber lo que eso significa, las prioridades cambian mucho, aparcas sueños que, normalmente, tienes y los cambias por otros que se hacen más necesarios en esas condiciones adversas. Por eso, el hacer realidad este proyecto marcará un antes y un después en su hospitalización.
—Aunque es un cuento y por tanto es ficción, aparecen elementos reales, como el personaje El Osito Pepe, que es real. Es el osito de una niña muy valiente, que yo conozco muy bien, que también estuvo hace mucho tiempo en el reino de las batas blancas, cuando no existía el jardín y se creó “El Entretenimiento Pepe”. Además, todo lo que se describe de la sala cubierta pretende ser real. El rincón de los juegos, el cuentacuentos, el rincón de disfraces, películas..., todo para que ellos estén lo más felices posible, como en el deseo de Marta.
—Sí, los sabios son los doctores que velan por su salud, el hada madrina es la psicóloga de “ALES”, que es la que ayuda tanto a padres como a niños y no los deja solos, los duendes y las hadas son los voluntarios y el personal del hospital que entretienen y atienden diariamente a los niños, a veces en sus habitaciones, en la sala de padres y muy pronto en el jardín.