Érase una vez la gran historia de los 'niños libro'

María José Ortega /Jaén
Qué sería de una sociedad en la que los bomberos tuvieran la misión de quemar los libros? Por lo pronto, adiós a la imaginación. Luego, el País de Nunca Jamás sería un destino imposible y nadie podría contemplar los escarabajos de cristal negro del pequeño Platero.

    04 nov 2011 / 18:07 H.

    Moriría el Quijote, Sancho y la amada Dulcinea y con ellos las batallas de gigantes de brazos molineros. Por suerte, la obra “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury, solo es eso, literatura.
    El colegio Ramón Calatayud rescata la idea de los llamados “hombres libro” del cuento de Bradbury y la plasma dentro de sus aulas con el único fin de fomentar la lectura entre sus alumnos y alumnas. La original propuesta convierte a los estudiantes de segundo curso de Primaria de este colegio en “niños libro”. Cada uno de ellos escogió un cuento de la biblioteca escolar y lo “ha hecho suyo” hasta ser capaz, no de recordarlo de memoria, pero sí de trasmitir a otros compañeros y compañeras su espíritu, su trama y sus personajes, de tal modo que cree en los demás la irresistible atracción hacia sus páginas.
    Los niños se “comen” sus historias, las interiorizan y las expresan tal y como las sienten. Para estrechar este lazo mágico los estudiantes llevan colgado en el pecho la portada dibujada por ellos mismos. Al final, la clase se llena de “historias andantes” donde todos son protagonistas de una biblioteca “viva”.
    Gracias a esta iniciativa los libros no mueren cuando se termina la lectura, sino que los estudiantes comprenden , de acuerdo a su nivel, la idea de que los cuentos nos hacen pensar, imaginar, ser libres y, sobre todo,  más felices. 
    La actividad fue seleccionada por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía para participar en la campaña “Leer, la mejor lección de tu vida”. Así, en la página web de este departamento aparecerá, próximamente, un spot en el que participa, como único centro escolar de la provincia de Jaén, los alumnos de segundo B del centro.
    Está campaña fue auspiciada en televisión y en el canal de video de la Consejería de Eduacación por figuras populares como Miguel Ríos, Pastora Soler o Niña Pastori,  artistas que elogiaron no solo la lectura sino también a aquellos docentes que impulsaron y animaron a sus alumnos a navegar por los libros.
    La grabación de las imágenes del reportaje dejaron momentos inolvidables, sobre todo, por las ganas desinteresadas con las que colaboraron cada uno de ellos. Esa ilusión fue lo que grabaron las cámaras y lo que se pretende transmitir al resto de niños andaluces. La expectación fue tan grande que incluso algunos quedaron en cierto modo defraudados al no poder ser los protagonistas de las entrevistas y de las recomendaciones de los libros, aunque todos aparecen, de una u otra forma, en el anuncio. Al finalizar, la organización felicitó a los alumnos por su implicación, su excelente disposición y su nivel de lectura, muy por encima de lo habitual. Por otro lado, en este caso destacó el papel de las autoridades educativas, por su empeño a la hora de potenciar la figura del docente como elemento indispensable en la animación lectora.
    Los niños libro nunca volverán a ser los mismos porque en ellos se posó el “gusanillo por la lectura”. Cambiaron las páginas por palabras y las historias leídas en vivencias sentidas. El cuento que los creó reposa en una estantería a la espera de renacer en las manos de otro alumno. Ahora los pequeños saben que “engullir libros” sienta muy bien y que abusar de ellos no tiene malas consecuencias. Esperan impacientes el “fin” de la última página para convertirse en un nuevo niño libro. Eso les hace felices. Después, con el tiempo, y sin darse cuenta, serán grandes enciclopedias.